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Esfera Pública: ¿Qué tan efectivos son tus discursos? (Tercera Parte)

El autor, Christián Gutiérrez, es licenciado en Serecho, con estudios de Maestría en Ciencia Política y Maestría en Neuromarketing, con estudios de doctorado en Política, Gobernabilidad y Políticas Públicas y diplomado en Marketing Político
El autor, Christián Gutiérrez, es licenciado en Serecho, con estudios de Maestría en Ciencia Política y Maestría en Neuromarketing, con estudios de doctorado en Política, Gobernabilidad y Políticas Públicas y diplomado en Marketing Político

Si das un discurso y eres gracioso de alguna forma, puedes incitar una risa de arranque o durante el discurso. Si tu público ríe, querrá decir que acepta el ponerte atención.

Morelia, Michoacán, 09 de junio de 2018.- En la columna anterior, hablamos de una segunda herramienta para hacer más efectivos y persuasivos los discursos de un orador: mostrar vulnerabilidad.

Mostrar vulnerabilidad es presentarse tal cual es uno, con defectos y errores. Por ejemplo, si sientes nervios al estar en el escenario, puedes decirlo con sinceridad y eso generará una respuesta positiva de la gente. Solo no abuses de mostrarte vulnerable, porque se puede malinterpretar.

La tercera herramienta que puede usar un orador es: “hacer reír, pero de forma controlada”.

La risa tiene una base evolutiva, que es la de crear vínculos sociales, es decir, cuando alguien ríe contigo, se está generando una conexión y un vínculo que provoca empatía y entendimiento entre las personas.

Si das un discurso y eres gracioso de alguna forma, puedes incitar una risa de arranque o durante el discurso. Si tu público ríe, querrá decir que acepta el ponerte atención y ese vínculo generado facilitará que las ideas o el mensaje se comprendan de manera más simple.

Desde luego debes cuidar algo: no es lo mismo contar chistes que contar anécdotas graciosas, que estén vinculadas al tema. Yo sugiero las anécdotas, porque son más digeribles y corres menos riesgo con el público.

Te comparto algunos beneficios de hacer reír y estrategias para conectar con el público a partir de la risa:

  1. Ten un comentario gracioso a la mano, por si te equivocas.
  2. Si presentas elementos visuales, puedes incluir con tus palabras humor en ellos. Reírte de lo que llevas no es malo.
  3. Calcula bien el tiempo. Si el público ríe, déjalo, pero sin detenerte demasiado tiempo porque se puede interpretar como si pidieras un aplauso.

Por último, evita los chistes de género, de religión, de política o de cosas polémicas y recuerda que el humor no se dio a todos. Si tú no lo tienes, no te angusties porque hay más herramientas para conectar, pero si lo posees, aprovéchalo de la mejor manera para hacer tus discursos más efectivos.

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