Exportando las recetas lopezobradorianas
De pronto un presidente que tiene tatuada en la piel la máxima de no intervención termina siendo un asesor de políticas públicas en el exterior y promete que con su plan se abatirá la marginación y la violencia, así como pasará, según sus cálculos en México
Morelia, Michoacán, 23 de junio de 2019.- “La mejor política exterior es la interior” reza la convicción personal del presidente López, reacio a las giras internacionales y enemigo de presentarse en foros junto a sus pares. Su convicción personal dice que la presidencia debe ejercerse desde la cercanía del municipio y que la cantidad de tareas, a las que está concentrando más, deja poco espacio para actividades con poco o nulo impacto en su base de apoyo.
El problema es que el mundo ya no es de los setentas, México, como país hispanoparlante más grande del planeta, decimoquinta economía global por PIB y una de las clasificadas como “economía emergente”, tiene compromisos que cumplir hacia afuera como líder regional y como beneficiario de los mecanismos de cooperación de otros países del orbe.
De hecho, el cambio político que también experimenta Brasil y las transiciones políticas en varios de los países de América Latina reconfiguran la cancha para asumir y determinar el liderazgo de la región. Un partido en el que el lopezobradorismo parecería no tener muchas ganas de participar.
Pero, con la terca realidad personificada con Trump golpeando las puertas de Palacio Nacional, la administración federal ha tenido que voltear la vista hacia el exterior: impulsando el plan de Cooperación sostenido por el Canciller Ebrard para el desarrollo de Centroamérica.
Esta semana el recién nombrado presidente de El Salvador asistió a Chiapas para recibir los primeros recursos de esta bolsa económica, treinta millones de dólares que serán utilizados en la réplica de un programa similar a “Sembrando Vida” el programa del gobierno federal que busca apoyar al campo a través de la siembra de árboles frutales y maderables.
Las críticas no tardaron en llegar, en un contexto en el que se han conocido terribles recortes en aspectos esenciales como la salud, la atención a grupos vulnerables y las becas a deportistas y artistas, era muy fácil abrir la puerta facilona y falaz: “López Obrador está cerrando hospitales para mantener a los extranjeros”.
Pero, no perdamos el foco. La cooperación internacional es necesaria, y común en todos los países, y la gravedad de los problemas en Centroamérica es tal que geopolítica y socialmente es responsabilidad de México apoyar a la región.
Esta convicción no es reciente, al menos desde el sexenio pasado se destinaron 129.7 millones de dólares al Fondo Yucatán que se destinaban a apoyos financieros a proyectos de infraestructura en Centroamérica y el Caribe. Incluso, los 30 millones que México ha destinado a El Salvador provienen ese mismo fondo (https://www.gob.mx/amexcid/acciones-y-programas/fondo-de-infraestructura-para-centroamerica-y-el-caribe-fondo-de-yucatan).
Lo distinto es que, en palabras del Canciller, los recursos de Cooperación para Centroamérica se concentrarán únicamente en el Triángulo del Norte y será utilizados para la “creación de empleo y bienestar”, a diferencia del antiguo esquema en el que el dinero estaba ligado a la creación/reparación de infraestructura.
Otra de las novedades es que el dinero financiará la primera exportación de política pública del sexenio de AMLO. Y acá es donde sí hay problemas, pues ni en México tenemos claros los lineamientos y esquemas de evaluación de “Sembrando vida”, lo que hace aún más difícil de ponderar la eficacia de los recursos destinados a la cooperación en El Salvador y el resto de Centroamérica.
Así, de pronto un presidente que tiene tatuada en la piel la máxima de no intervención termina siendo un asesor de políticas públicas en el exterior y promete que con su plan se abatirá la marginación y la violencia, así como pasará, según sus cálculos en México.
¿Será que la fe ciega de López Obrador en sus ideas de política pública tendrá el mismo éxito allende las fronteras?
Al tiempo.
Posdata: No se equivoquen, los migrantes no son responsables de estas decisiones de política pública. Los resultados de estos esquemas de cooperación serán, en todo caso, responsabilidad del gobierno mexicano y de sus pares centroamericanos. Por el bien de millones de personas, ojalá que salga bien.