Gobernabilidad, el reto / Teodoro Barajas Rodríguez
Silvano Aureoles gobernará durante un sexenio, tendrá tiempo para plantear y operar políticas públicas eficientes en temas sustantivos que requieren de atención urgente con el agravante de que no hay dinero, la herencia que recibe son múltiples rezagos en diversas áreas, la inseguridad tira manotazos a granel
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Morelia, Michoacán, 04 de octubre de 2015.- Comenzó la nueva administración estatal que encabeza Silvano Aureoles Conejo, se abre un compás de espera, que será breve, para medir los resultados en una entidad que los requiere con urgencia porque durante el último lapso parece que se careció de gobierno.
Silvano Aureoles gobernará durante un sexenio, tendrá tiempo para plantear y operar políticas públicas eficientes en temas sustantivos que requieren de atención urgente con el agravante de que no hay dinero, la herencia que recibe son múltiples rezagos en diversas áreas, la inseguridad tira manotazos a granel.
Ya ha definido su equipo cercano, casi no hubo sorpresas, pocos de los elegidos son una incógnita que se habrá de despejar en poco tiempo. En las urnas Silvano derrotó con facilidad a Luisa María Calderón y Ascención Orihuela, ahora lo que sigue ya no es el activismo electoral ni partidista sino la administración, la inclusión y acentuar un tema prioritario: la gobernabilidad.
Los últimos años han dejado una imagen de Michoacán que se mece entre la violencia y la impunidad, los desatinos gubernamentales, la improvisación como divisa, la intervención cuestionable del gobierno federal, así como la intromisión del crimen organizado que dio pauta para el surgimiento de los grupos de autodefensas. Se entiende que el monopolio de la violencia legal lo detenta el estado, en gran medida por la legitimidad que le asiste, sólo que en nuestra entidad esa premisa no se atendió.
La oposición ha brindado un voto de confianza al nuevo gobierno de Aureoles Conejo, las expectativas ya están construidas; el siguiente paso deben ser los resultados. Las prendas que deben valorarse serán la capacidad de gestión para allegar recursos a un Michoacán que se asfixia entre deudas, la rectoría en materia educativa, una coordinación adecuada en materia de persecución de los delitos e infractores. Condiciones todas para que las inversiones encuentren en Michoacán un espacio de crecimiento económico. Todo pasa por la gobernabilidad.
Esperamos que el fantasma de la soberbia no se aparezca en el nuevo gobierno, ominosa condición que suele acompañar a los ganadores cuando piensan que por sí y sólo por sí han llegado a la victoria. Algo como lo que le sucedió a los troyanos que por su exceso de confianza vieron como sus defensas caían abatidas por los aqueos comandados por Ulises, siendo al final rematados por Aquiles, la política es ciencia pero es sobre todo arte.
En fin, son muchos los pendientes y los retos saltan a la vista, Michoacán aspira a otro rumbo, uno al que esperamos convocará el jefe del Ejecutivo para generar mejores resultados, ya no más de lo mismo, simplemente porque se ha tocado fondo. Después de esto, todo debe ser para mejorar, es lo deseable y espero que lo posible.