IVA a la enajenación, hipotecas y arrendamientos de casas / Hugo Gama
El impuesto que pretende la Federación se convierte en un riesgo económico nacional, pone en peligro la de por si mermada estabilidad económica, esto porque las consecuencia serán fatales para la industria de la construcción, su cadena productiva y los empleos que generan
Morelia, Mich., 26 de septiembre de 2013.- La propuesta de Reforma Hacendaria del gobierno federal contempla eliminar de la exención del Impuesto al Valor Agregado (IVA) la venta de casas habitación, el mercado de arrendamiento y en los pagos de hipoteca.
Primero debemos señalar que la gran mayoría de los mexicanos, clases media y baja, no cuentan con los recursos suficientes para adquirir una casa de contado, por ello el crédito hipotecario y el arrendamiento son las opciones para poder vivir en una casa sin lujos. Para explicar las consecuencias negativas de esa propuesta de IVA ejemplificaremos:
Una casa de interés social (INFONAVIT, FOVISSSTE), tiene un costo promedio de 350 mil pesos, pero con el 16% de IVA tendrá un costo de 406 mil pesos, es decir, incrementara 56 mil pesos la vivienda; ahora bien, la casa se adquiere por un crédito hipotecario de 30 años con una tasa de interés promedio del 10% anual, es decir, sobre ese interés que le cobran, le aplicará un 16% de IVA, por lo que se pagarán aun más sobre los intereses, es un crédito fiscal sobre el interés del crédito hipotecario, es tanto como si le cobraran interés sobre interés. (Debo hacer la nota de que el crédito hipotecario bancario también entra en esta dinámica)
El gobierno federal pretende cobrar 16% de IVA al uso y goce de casa habitación (así lo llaman ellos), por ello propusieron que para el caso de arrendamiento se aplique ese impuesto, por lo que si una renta promedio para una familia de 4 personas en una vivienda modesta es promedio de 2000 mil pesos mensuales, con ese impuesto pagaran 2320 pesos de arrendamiento.
Esta propuesta fiscal es un atentado contra las familias mexicanas, si la reforma pasa en esos términos, se cometerá un atraco en contra de las clases bajas y media del país. Esta propuesta peñista no tiene nada de social, por el contrario, le clavan los dientes a los mismos de siempre y dejan a salvo los intereses de la clase alta, que es una reducida minoría.
El impuesto que pretende la federación además se convierte en un riesgo económico nacional, pone en peligro la de por si mermada estabilidad económica, esto porque las consecuencia serán fatales para la industria de la construcción, su cadena productiva y los empleos que generan, la comercialización de vivienda caerá y la cartera vencida de las hipotecas aumentará, pudiendo llevar a la quiebra a instituciones financieras y de crédito que nos puede llevar a un nuevo FOBAPROA.
