Editoriales

Juego de fut, juego electoral / Teodoro Barajas Rodríguez

El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas
El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas

El abstencionismo no es motivado por un partido de fútbol, tiene otros factores, causas y motivos; de entrada la clase política en los últimos años ha reflejado una infinita incongruencia, ideologías diluidas acaso mutantes, tal vez abatidas

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Morelia, Michoacán, 29 de marzo de 2015.- Las desmesuras no acaban en nuestro país, las redes sociales se han erigido en un tribunal que tiene características inquisitoriales, los juicios sumarísimos decretan sentencias, algunos representantes partidistas exageran la nota para exigir cambiar la fecha de un encuentro de fútbol, es decir aún suponen que el pueblo es menor de edad.

El abstencionismo no es motivado por un partido de fútbol, tiene otros factores, causas y motivos; de entrada la clase política en los últimos años ha reflejado una infinita incongruencia, ideologías diluidas acaso mutantes, tal vez abatidas.

Mucha gente no vota, no siente motivación alguna para ello, tal omisión tiene diversas lecturas, tenemos más partidos políticos pero una democracia de mala calidad, acusaciones, señalamientos punzantes pero nula autocrítica.

Estamos en la era del pragmatismo a ultranza, los partidos transformados en franquicias, el número de tránsfugas se incrementa; al final del día la búsqueda es por el poder, algo aparejado a la historia del ser humano.

Gustavo Madero, dirigente del Partido Acción Nacional es quien pide reprogramar el cotejo de las selecciones de México contra Brasil porque será el 7 de junio, fecha de los comicios, tal encuentro deportivo es una perversidad para el jefe del albiazul porque puede motivar abstencionismo. Es una desmesura.

Si la gente no acude copiosamente a las urnas no es por cantar un gol y festejar en el Ángel de la Independencia o en la fuente de Las Tarascas, no, el asunto radica en las campañas tediosas, la reiteración de lugares comunes, al hastío que provocan candidatos, partidos y los ruidosos aparatos que les cobijan.

Si mucha gente habla de un boicot electoral están en su derecho, la libertad de expresión es derecho fundamental en teoría garantizado por el estado, hemos vivido tras escándalos, la inseguridad es el viacrucis de la actualidad.

Si mucha gente no vota es en gran medida porque el desencanto llegó a medio día, no es culpa de un partido de fútbol, el argumento suena pueril.

Lo deseables es que muchos mexicanos salgan a votar, en ello influye la propia conciencia de cada cual, los motivos son disímbolos para hacerlo o no. Insisto en que los partidos suelen no ser autocríticos, la culpa de los males la endosan al adversario aunque todos han colaborado para que la confianza se pierda para que la duda gane terreno.

La culpa no es de un juego, una cuestión lúdica que al final del día será trivial, más bien los actores políticos deberían hacer un ejercicio de introspección porque han sido morosos con los ciudadanos que son quienes pagan sus jugosas prerrogativas, no busquen respuestas donde no las hay.

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