Lorenzo Zambrano / Yadhira Y. Tamayo Herrera
Es bueno saber que México también tiene hombres y mujeres así: emprendedores, creadores de riqueza y de empleos, apostando por el futuro de México. Descanse en paz Lorenzo Zambrano y que sea inspiración para muchos mexicanos y mexicanas.
México, D.F., 15 de mayo de 2014.- Yo era una de los más de 129 mil seguidores de Lorenzo Zambrano en Twitter. Comencé a seguirlo por un tuit que puso en agosto del 2010: “Quien se va de Monterrey es un cobarde. Hay que luchar por lo que creemos. Tenemos que retomar nuestra gran ciudad”. Se refería a los empresarios que emigraban de Monterrey, a causa del problema de inseguridad y violencia que se incrementó dramáticamente entre 2009 y 2010. Me gustó el estilo frontal con el que defendía su ciudad y ponía el dedo en la llaga de los empresarios que les era muy fácil dejar la ciudad ardiendo, darse la vuelta e irse a refugiar a otro lado mientras la gran mayoría de la ciudadanía, los menos afortunados, no tenía de otra más que quedarse. Fue un gran líder empresarial con grandes cualidades y un influyente líder de opinión. Don Lorenzo, como le llamaban, era un incansable emprendedor y promotor del desarrollo mexicano. Dirigía Cementos Mexicanos (CEMEX) desde 1985 y llevó a esta empresa a ser una de las tres más grandes del mundo.
No, la historia de Lorenzo Zambrano no es una de esas que me gustan de hombres llamados “self made man” o hombres hechos a sí mismos, como las historias pequeños empresarios o inmigrantes que con mucho esfuerzo sostenido a lo largo del tiempo amasaron grandes fortunas, inspiraron a muchos y se volvieron líderes entre los suyos. Lorenzo Zambrano pertenecía a una familia mexicana muy adinerada, dueña de una CEMEX con cien años de antigüedad, una familia con gran influencia económica y política en México. Zambrano, ingeniero mecánico por el Tec de Monterrey, entró a trabajar a los 24 años a CEMEX, los 37 años fue nombrado director de operaciones, a los 41 director general y a los 51 fue elegido presidente del Consejo de Administración de CEMEX cargo que desempeñaba hasta que falleció en Madrid. Estaba de viaje de negocios cuando el pasado 13 de mayo a los 70 años de edad fue víctima de un paro cardiaco.
Sin embargo, las contribuciones que personalmente hizo a su paso por CEMEX son dignas de destacarlo como un gran líder empresarial, por ejemplo: estandarizó las operaciones en 50 países que opera CEMEX, esto es, logró que operan igual sus fábricas con más de 43 mil empleados, a pesar de estar en Alemania o Bangladesh, en República Dominicana o en Suecia, operación estandarizada a pesar de las distancias, los horarios, las nacionalidades e idiomas; también lograr salir avante a la crisis financiera mundial del 2008 que afectó principalmente al sector inmobiliario, y por supuesto, al de los materiales de construcción como lo es CEMEX. Eso sin contar que todos los consejos empresariales lo querían por su gran olfato empresarial, así que fue contratado como consejero en Vitro, Televisa, Banamex, Citigroup, FEMSA, Sistema Tecnológico de Monterrey, del Museo de Arte Contemporáneo de Monterrey entre muchos otros.
No falta quien lo critique como critican a todos los empresarios, pero a mí no me toca eso. El Presidente de la República fue a su funeral. Si se hubiera casado, seguro también el Presidente en turno estaría en su boda, pero nunca se casó ni tuvo hijos. Era un soltero consagrado al trabajo y los negocios. Tan así que la revista FORBES lo tiene en su lista de los más ricos del mundo. Es bueno saber que México también tiene hombres y mujeres así: emprendedores, creadores de riqueza y de empleos, apostando por el futuro de México. Descanse en paz Lorenzo Zambrano y que sea inspiración para muchos mexicanos y mexicanas.
