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¿Los baches serán lucrativos?

Aunque parecen un simple problema de infraestructura, los baches en Michoacán representan un gasto constante y un posible negocio que se renueva cada temporada de lluvias

Morelia, Michoacán, 20 de octubre de 2025.- Aseguran algunos que los baches no son un negocio en sí mismos, sino un problema que genera enormes costos. Sin embargo, la reparación de baches puede ser un negocio para empresas que proveen materiales o servicios de mantenimiento vial, aunque a menudo es una solución temporal en lugar de un mantenimiento preventivo a largo plazo.

La reparación de baches también puede ser una fuente de gasto constante y poco eficiente por no abordar la causa desde su origen. Y si se habla de confianza, la presencia de baches genera justo lo contrario: los ciudadanos perciben que sus impuestos no se utilizan de manera eficiente, lo que alimenta la sospecha de que su reparación es un negocio recurrente.

Hay tantos baches en Michoacán debido a la combinación de la lluvia, el tránsito pesado y la falta de mantenimiento. La lluvia penetra las grietas del asfalto, debilita la base del pavimento y el paso de vehículos pesados acelera el deterioro, formando más baches. A esto se suma la mala calidad de los materiales y la deficiente compactación del suelo, responsabilidad de quienes autorizan y supervisan las obras.

Hace tiempo, con algo de humor, se decía que los baches se han vuelto una señal representativa del estado. Algunos incluso les buscan forma: se acabaron los días en que se miraba al cielo buscando conejos en las nubes; ahora se buscan en el suelo. Sin embargo, el problema se agrava con cada temporal de lluvias.

Se trata de los mismos hoyos y charcos que las autoridades tapan cada temporada, pero que vuelven a aparecer. Estos cráteres y zanjas empeoran año con año y provocan daños constantes en llantas, rines y suspensiones de los automóviles.

¿Por qué no hay una solución definitiva al problema de los baches? Algunos ciudadanos consideran que podría tratarse de un negocio perfecto: mientras más baches haya, más contratos de reparación por asignación directa se justifican, muchas veces con materiales de baja calidad.

Cada temporada, los baches se multiplican como hongos, afectando la economía de los conductores y alimentando el trabajo de vulcanizadoras, mecánicos y ojalateros. Un problema que parece eterno y que, para algunos, deja más ganancias que soluciones.

Muchos le creyeron, por ejemplo, al conocidísimo ex perredista aspirante a candidato a gobernar Michoacán, ese que ha sido noticia por casi un cuarto de siglo. Sí, el mismo que desde aquellos años participó en algunos verdaderos desmanes; bueno, hasta sus gentes —maestros, por cierto— exhibieron a una inspectora por las calles, a la que ultrajaron públicamente a más no poder.

Años después, al tomar el gobierno municipal, aseguró que en el municipio —no recuerdo si en cuatro o seis meses— desaparecerían los baches. Y, para colmo de nuestra desgracia y mala fortuna, no solo no cumplió, sino que, envalentonado como es, sin terminar su gestión, se distrajo en el primer intento para ser gobernador.

Por lo tanto, dejó en la indefensión a nuestra ciudad en manos de un sujeto de cuestionada reputación, conocido por las juventudes estudiantiles de los 70 y 80 como una «finísima persona». Durante esas décadas participó activamente en verdaderos descalabros que mucho lastimaron a esta ciudad capital: un infalible porro que, no se sabe qué aires lo enviaron a Morelia, y por increíble que parezca, la gobernó por un tiempo. Ya me lo imagino muerto de la risa en el escritorio de nuestra emblemática presidencia.

Estamos seguros de que esas generaciones se acuerdan perfectamente de quién se trata. Han chingado en demasía a nuestro estado muchos “sirios y troyanos”. ¡Dios te proteja, Michoacán hermoso, tierra de valientes hombres, donde algunos para vivir, tienen que prestar su nombre!

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