¿Más impuestos? (Por: Rubén Alcántar)
Con la entrega del paquete económico 2020, más de uno puso el grito en el cielo, pues se le cobrarán impuesto a aplicaciones como Uber, Netflix, se cobrarán impuestos en plataformas de venta que no los pagaban, tal es el caso de las ventas por catálogo o las ventas en línea
Morelia, Michoacán, 03 de octubre de 2019.- A lo largo de la historia, no importa el lugar, durante las campañas políticas se suelen prometer un millón de cosas, tal fue el caso en nuestro país, con respecto a los impuestos, cuando de manera más que repetida, el otrora candidato Andrés Manuel López Obrador, se cansara de afirmar que ¡NO SE GENERARÍAN NUEVOS IMPUESTOS!, fue mucho el discurso en el que se mencionó hasta el cansancio que, solo bastaba erradicar la corrupción y el recurso sería más que suficiente, que nuestra mayor preocupación sería, solo distribuirlo entre quienes menos tienen.
La situación fiscal a principios de sexenio no es un tema nuevo, y el actual presidente no es el primero que en el papel, tendría que haberse comido sus palabras; no tratemos de engañarnos, la situación fiscal en nuestro país, si bien no se encuentra en una “mala” situación o crítica, si se ha tornado en una evidente baja y por supuesto que esto se debe subsanar de alguna manera.
Mucho ha sido lo que se ha hablado de la tan vitoreada “austeridad republicana”, sin embargo la realidad demuestra otra cosa, tal es el caso que para el año 2020 el gasto programado se volvió récord en la historia nacional.
Claro, la austeridad existe, lo criticable o contrastante resulta no en él, si existe o no, sino en el donde; tal es el caso del sector salud, en el cual la austeridad si se ha aplicado con todo el rigor de la campaña, siendo reflejada ya la escasez en medicamentos y material médico, en uno de los sectores en los que, si se realizara una encuesta de esas sin sustento legal que tanto le gustan al presidente, la gran mayoría de los participantes, por no decir que todos, dejarían en claro que es un sector en el que los mexicanos NO quieren que se escatime.
Hecho por ejemplo muy contrastante, al tan polémico tema de los aeropuertos, en el que mientras el gobierno y el poder judicial se ponen de acuerdo, si va Texcoco o va Santa Lucía, por concepto de recompra de la deuda que se había contratado en el extranjero, deberán de pagarse algo así como 120 mil millones de pesos, cantidad muy cercana al presupuesto de, sí pensó bien, el sector salud.
Este gasto programado récord, tiene que poderse solventarse de algún lado, el gobierno es consciente de ello, y mientras que aparecen los 500 mil millones que nos estamos ahorrando en corrupción en el imaginario presidencial, o se vende el avión presidencial, la solución más rápida y evidente, resultan ser los impuestos. Y ¿Cómo aumentar el ingreso fiscal si la recaudación viene en bajada y se prometió no generar nuevos impuestos?
La respuesta radica en la palabra “regulación”, se vuelve un tema de semántica, en el cual, no puedes crear, pero quizá si puedes regular, tal ha sido el caso actual, en el cual la presidencia por su puesto se mantiene en su promesa, y si, en efecto, no ha creado nuevos impuestos, o al menos no de manera conceptual.
De esto muchos ya se han dado cuenta de alguna forma, pues con la entrega del paquete económico 2020, más de uno puso el grito en el cielo, pues se le cobrarán impuesto a aplicaciones como Uber, Netflix, se cobrarán impuestos en plataformas de venta que no los pagaban, tal es el caso de las ventas por catálogo o las ventas en línea, todo esto justificado por la SHCP en el que, si bien esta práctica que tienen todas estas plataformas en común, llamada outsourcing, se encontraba regulada, generaba espacios para la evasión fiscal.
La regulación no es mala, al contrario, aplicada de la manera correcta, no solo contribuye al ingreso del Estado, genera condiciones equitativas entre los agentes económicos, lo cual lleva a una competencia más justa, en la cual el gran beneficiario resulta ser el consumidor; el tema va por otro lado, esto no resulta ser solo una regulación de mercado, repito, esta práctica ya se encontraba regulada, resulta ser una nueva fuente de recaudación de ingresos, y no hay que ser un experto en el tema para saber que, aunque no se le llame así de manera conceptual, en efecto, son nuevos impuestos, impuestos que principalmente el consumidor deberá de cubrir reflejado en el precio, claro que siempre que existirá alguna laguna, ya no solo legal, sino ahora hasta verbal, por la cual salir, puesto que por si aún no quedaba lo suficientemente claro, los impuestos, se aumentan pero no se aumentan, juego de palabras.