Editoriales

Nos golean / Teodoro Barajas Rodríguez

El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas
El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas

Casi todos los medios hablan de fútbol, es la coyuntura, el más costoso de los mundiales en toda la historia de las copas, la FIFA ganará como suele suceder; las leyes del mercado dicen que la goleada estará en el Poder Legislativo, pero creo que ésta ya sucedió hace rato

Morelia, Michoacán, 14 de junio de 2014.- Casi todo es fútbol en estos días, las crónicas relacionadas con el mundial de Brasil 2014 se multiplican, desde aquellas bien lustradas en su prosa hasta las infumables y cansinas de relleno que nunca faltan. En México se discuten las leyes secundarias de la Reforma Energética, poca asistencia de los legisladores inyectados por la euforia pambolera desde las tierras cariocas.

En Michoacán no cede la violencia con rostro de muerte, al leer los diarios desde los portales electrónicos veo una cantidad de notas relacionadas con el juego porque México ganó a Camerún 1-0 aunque pudo ser goleada, sólo que el mal endémico que es la falta de contundencia así dejó el marcador final. Holanda goleó a la selección española, aún campeona del mundo.

Por ello digo que casi todo es fútbol, es la novedad, también lo que vende porque los patrocinios son impresionantes; se trata de la copa mundial más cara de la historia por ello motivó las protestas en un país con serias desigualdades y hondos contrastes.

Las leyes secundarias o mejor dicho la discusión de las mismas, en nuestro país, no generan atractivo importante porque los propios legisladores así lo evidencian, se ausentan para ver el fútbol o porque para ellos las prioridades son otras. El gasolinazo sigue su curso, si, éste incremento indiscriminado es responsabilidad en primera instancia de los diputados y senadores de todos los partidos quienes lo aprobaron, aunque ahora lo olviden porque la memoria es corta o amnésica en muchos casos.

México no registra recuperación económica, el desempleo galopa imparable; la inseguridad sigue como gran pendiente, el estado de derecho hace tiempo se convirtió en uno de simulación. Los datos duros e indicadores fortalecen la percepción que apunta al caos.

En lo personal no creo que todo México esté pegado al televisor para ver todos los juegos de Brasil 2014, el deporte es en esencia un ejercicio lúdico que en muchos casos se sobredimensiona, esto es fácil de entender si revisamos el comportamiento de países como España, Alemania, Inglaterra, Suiza y muchos más que tienen una dilatada tradición futbolera, sus índices de desarrollo humano así como el crecimiento económico echan por tierra la peregrina tesis que culpa al fútbol de muchas tragedias.

La clase política en general hace más daño que el fútbol si hablamos en esa tónica, se aprueban legislaciones nuevas aunque persisten los problemas viejos como la desigualdad, el nivel de involucramiento del mexicano promedio es muy bajo en temas que debieran ser de interés común, pero no se diga de las fiestas patronales o los juegos, la pasión desatada, el fervor como distintivo, el fracaso como destino.

Casi todos los medios hablan de fútbol, es la coyuntura, el más costoso de los mundiales en toda la historia de las copas, la FIFA ganará como suele suceder, incluso aquel vetusto romanticismo del amor a la camiseta ha quedado en la añoranza porque fue socavado a golpe de dinero. Las leyes del mercado. Dicen que la goleada estará en el Poder Legislativo, pero creo que ésta ya sucedió hace rato.

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