Papa Francisco reunió a miles en misas en Morelia y exhortó al clero a no decaer
Advirtió sobre narcotráfico, desesperanza y falta de oportunidades que afectan jóvenes

Morelia, Michoacán, 12 de mayo de 2025.- Como no recordar la visita del sumo pontífice Francisco a la ciudad de Morelia, sobre todo que desde la madrugada frente al templo del Niño de la salud, si mal no recuerdo estuvimos con Sol por casi cuatro horas para verlo pasar solo alrededor de 10 segundos, posterior a ello ya enterarnos a través de los medios de lo que dijo. Lo más relevante en lo personal fue lo de las dos actividades llevadas a cabo en los estadios Venustiano Carranza y Morelos, la primera ante más de 20 mil consagrados, seminaristas y religiosas escucharon al Papa oficiar una misa. En su homilía, exhortó al clero a no dejarse vencer por la ofuscación ni por la postración.
«Hay un dicho entre nosotros que dice así: ‘Dime cómo rezas y te diré cómo vives, dime cómo vives y te diré cómo rezas, porque mostrándome cómo rezas, aprenderé a descubrir el Dios que vives y, mostrándome cómo vives, aprenderé a creer en el Dios al que rezas’; porque nuestra vida habla de la oración y la oración habla de nuestra vida. A rezar se aprende, como aprendemos a caminar, a hablar, a escuchar. La escuela de la oración es la escuela de la vida y en la escuela de la vida es donde vamos haciendo la escuela de la oración«, dijo aquel día desde la capital michoacana.
Por la tarde, el estadio José María Morelos ante una asistencia impresionante, fue sede del encuentro más emotivo del día: el Papa Francisco dialogó con más de 40 mil jóvenes. En su discurso, abordó los peligros del narcotráfico, la desesperanza y la falta de oportunidades que afectan a los jóvenes.
En definitiva, no hizo más que un esfuerzo por despertar la conciencia de la sociedad para que fuera ésta el origen del cambio. «El papa sin ser fiscal, pudo señalar los problemas que aquejan a sus feligreses, “a veces se le pide demasiado al señor, hay cosas que tenemos que hacer los ciudadanos«, dijo a los medios local, nacional e internacional.
Una misa binacional en la frontera
Recordemos que el acto más esperado de Francisco fue el último. Su misa en Ciudad Juárez, luego de rezar frente al Río Bravo a los pies de una cruz blanca erigida en el lugar que separa México de Estados Unidos, fue seguida a ambos lados de la frontera. En el mayor corredor migratorio del mundo, Francisco habló de la «crisis humanitaria» de la migración.
«Son hermanos y hermanas que salen expulsados por la pobreza y la violencia, por el narcotráfico y el crimen organizado. Frente a tantos vacíos legales, se tiende una red que atrapa y destruye siempre a los más pobres» el jefe de la Iglesia católica, quien días atrás había pedido que México sea un país «donde no haya que emigrar para soñar«, se despidió citando al poeta Octavio Paz de quien leyó el comienzo de su poema «Hermandad» y dijo:
«La noche nos puede parecer enorme y muy oscura, pero en estos días he podido constatar que en este pueblo existen muchas luces que anuncian esperanza«.
Con las expectativas por los cielos sobre lo que iba a hacer y decir en cinco días, el Papa cerró su viaje al segundo país con más católicos con una esperada misa en Ciudad Juárez, en la frontera con Estados Unidos. En su visita el argentino, de 79 años por ese tiempo, regañó a obispos, apeló a la responsabilidad de los gobernantes, pidió perdón a los indígenas, visitó a presos y les dio un mensaje de esperanza a los jóvenes.
Y sobre todo se encargó de visibilizar las tragedias que aquejan a México, de poner en primera fila a quienes más sufren por la situación del país y de llamar la atención de quienes tienen la responsabilidad.
El Papa Francisco, durante su visita a México en 2016, hizo varios mensajes que fueron interpretados como «temerarios» por algunos sectores. Uno de los mensajes más destacados fue su llamado a los jóvenes a no dejarse llevar por el narcotráfico y a no caer en la «trampa» de una vida sin propósito. También se refirió a la situación de los migrantes y la necesidad de una migración segura y humanitaria.
Parte de los mensajes «temerarios» del Papa Francisco en México:
- Llamado a los jóvenes a no caer en el narcotráfico:
El Papa Francisco advirtió a los jóvenes que no se dejaran seducir por la idea de que la única forma de ser «jóvenes» es a través del narcotráfico o de la violencia. Un video que encontramos sobre este tema muestra al Papa Francisco diciendo que «es mentira que la única forma de vivir de poder ser joven es dejando la vida en manos del narcotráfico o de todos aquellos que lo único que están haciendo es sembrar destrucción y muerte».
- Críticas a la corrupción:
El Papa Francisco hizo referencia a la corrupción en México, especialmente en el ámbito de la política y el gobierno, y pidió a las autoridades que trabajaran para erradicarla. Ni antes mucho menos después, hicieron oídos sordos toditos.
- Llamado a la reconciliación y la justicia:
El Papa Francisco urgió a la sociedad mexicana a trabajar por la reconciliación y la justicia social, especialmente en las regiones más afectadas por la violencia y la pobreza, igual ni antes ahora menos cuando alguien los ético como “chairos y fifís”.
- Apoyo a los migrantes:
El Papa Francisco condenó la violencia y la explotación a la que son sometidos los migrantes, especialmente aquellos que intentan cruzar la frontera entre México y Estados Unidos. En un video sobre este tema, se muestra al Papa Francisco rezando por los migrantes fallecidos en el intento de cruzar la frontera. Quien iba a pensar que ese problema agudizaría, y para muestra aquí en Michoacán con tantos pueblos fantasmas por la gente que ha sido desplazada por motivos de todos conocidos.
- Críticas a la violencia:
El Papa Francisco condenó la violencia en México y llamó a la sociedad a trabajar para construir una cultura de paz. Dedicó su última homilía en México a hablar de la tragedia de la migración forzada.
«Estamos a tiempo de reaccionar y transformar, convertir lo que nos está destruyendo como pueblo, lo que nos está degradando como humanidad», señalo el pontífice.
«Si tienen que pelearse, peléense«
Era el sábado al mediodía, y con apenas unas horas en el país, Francisco tenía enfrente a la jerarquía eclesiástica en la Catedral Metropolitana.
Al Vaticano, evidentemente, habían llegado las historias de divisiones en la interna de la Iglesia mexicana, más conservadora que lo que a Francisco le gustaría y no tan apegada a esa iglesia «pobre y para los pobres» que el Papa tanto ha pregonado.
Francisco aprovechó su discurso para mostrarles el camino e indicarles qué tipo de religiosos deben ser.
«No se necesitan príncipes, sino una comunidad de testigos del Señor», les espetó y abogó por una Iglesia transparente donde no se pierda el tiempo en «habladurías e intrigas» ni se dejen «corromper por el materialismo trivial».
Pidió a los obispos no menospreciar el desafío del narcotráfico y los instó a no quedarse en condenas genéricas sino que demuestren «coraje profético«.
¡Ay de ustedes si se duermen en los laureles!», le dijo el Papa a los obispos mexicanos.
«Les ruego no caer en la paralización de dar viejas respuestas a las nuevas demandas (…). ¡Ay de ustedes si se duermen en los laureles!».
Un discurso pensado para sacudir, fortalecer y renovar la segunda mayor Iglesia católica del mundo después de la de Brasil.
«Nunca ha hablado tanto sin pelos en la lengua, es impresionante la fuerza de los obispos, el regaño que les dio fue muy impresionante» muchos dijeron al menos con su lenguaje corporal, el que estaban siendo severamente regañados y por supuesto: que no le alegaron al árbitro”.
Un Papa en el Palacio Nacional
Era el primer discurso de Francisco en México. Y era la primera vez que un Papa era recibido en el Palacio Nacional, sede del Poder Ejecutivo.
Ante la clase gobernante, el jerarca católico no dejó pasar la ocasión para lanzar una crítica indirecta sobre la responsabilidad de los dirigentes en los males del país, un concepto en el que hizo especial hincapié.
La realidad mexicana, dijo, «nos lleva inevitablemente a reflexionar sobre la propia responsabilidad a la hora de construir el México que queremos» y aseguró que un futuro esperanzador se forja cuando la sociedad se empeña en el bien común.
En un país que ocupa el puesto 95 de 168 en el índice de percepción de corrupción de Transparencia Internacional, y acostumbrado a la corrupción en distintos ámbitos, las palabras del Papa no fueron elegidas al azar.
En su discurso, Francisco abogó por la construcción de una política «auténticamente humana» y apeló a la responsabilidad de los dirigentes, quienes deben «de modo especial trabajar para ofrecer a todos los ciudadanos la oportunidad de ser dignos actores de su propio destino«.
«Esto no es sólo un asunto de leyes que requieran de actualizaciones y mejoras —siempre necesarias—», añadió, «sino de una urgente formación de la responsabilidad personal de cada uno».
El perdón a los indígenas
El Papa aprovechó su paso por Chiapas, el estado con mayor población indígena de México y el más pobre, para pedirle perdón a las comunidades indígenas.
Francisco no sólo celebró una misa acompañado con diáconos indígenas donde se hicieron lecturas en idiomas nativos, sino que decretó oficialmente el uso de lenguas originarias en ceremonias religiosas.