Peña Nieto y la quilla del barco / Gonzalo Gabriel Estrada Cervantes


- A mi hijo Gonzalo “Gonzo” Estrada en sus primeras doce primaveras
No es una cosa menor. El planteamiento de la reforma fiscal se vislumbra como una verdadera gran reforma con sentido social, con justicia contributiva y, ya lo veremos, retributiva
México, D.F., 09 de septiembre de 2013.- Parece ser que Enrique Peña Nieto ha dado un golpe de timón en momentos en que a nueve meses de haber asumido el poder ejecutivo el barco andaba haciendo agua.
No es una cosa menor. El planteamiento de la reforma fiscal se vislumbra como una verdadera gran reforma con sentido social, con justicia contributiva y, ya lo veremos, retributiva.
No quiero entrar a los grandes rubros de la reforma o a los que significan más gravamen en miles de millones de pesos a las hasta ahora intocada clase empresarial mexicana; esa que siempre está en los grandes eventos políticos y que crea fundaciones para exención de impuestos y curarse en salud. Esa clase empresarial a la que la iglesia católica confiesa y le da la hostia en privado y a domicilio; misma que se confunde con el clero, antes de la llegada de Francisco el “che”.
Más bien quiero abordar el tema de no gravar alimentos y medicinas. Medida justa y de gran trascendencia ya que el pobre gasta la mayoría de sus ingresos en alimentación y si ésta es deficiente e insuficiente genera enfermedades que luego, ni modo, hay que curarse con las consultas y medicinas de las farmacias similares. Treinta pesos, otra más.
Pero esta primera medida que impactaría positivamente en los bolsillos de los mexicanos, cualesquier político dixit, tiene que ir acompañada del control de precios al menos de los productos que conforman la canasta básica. Asegurándoles también una media de calidad a todos los productos de primera necesidad y con un tope en precio. Aquí se abre una ventana de oportunidad para los grandes corporativos, pueden transitar por dos grandes rubros de responsabilidad social, el cuidado del medio ambiente y productos de calidad asequibles al grueso de los mexicanos.
El héroe sexenal Alfredo Castillo Cervantes, Procurador del Consumidor, tiene mucha tela para hacer buenas velas al barco.
La discusión en el congreso apenas comienza. Ahí veremos también, y debemos exigir que nuestros representantes populares digan y transparenten el sentido de sus votos, así sabremos del lado de quién están; de las grandes mayorías de la población o de las grandes mayorías de las empresas multimillonarias.
No se trata tampoco de asumir una actitud anti empresarial, simplemente a mayores ganancias mayores contribuciones y mayor poder adquisitivo de las mayorías, que al final de cuentas somos quienes mantenemos la economía de este golpeado país.
Concedamos el beneficio de la duda al Presidente Peña, quiere reparar a fondo la quilla de este gran barco que paradójicamente es México.
*El autor es licenciado en Derecho, especialista en Derecho Agrario; Maestro en Ciencias en Desarrollo Rural Regional; Maestro en Derecho Ambiental y de la Sostenibilidad; Diplomado en la Unión Europea.
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