Por mi raza hablará el espíritu (Por: Rubén Alcántar)
Negar la colonia es IMPOSIBLE, pero la realidad es que esta no lo es todo, este gran desprecio hacia Colón y la colonización de América no es más que evitar aceptar lo que como misma sociedad hemos hecho
Morelia, Michoacán, 12 de octubre de 2021.- Para muchos quizá sonará bastante conocida esta frase, sin embargo para otros resultará un tanto desconocida, la famosa “Por mi raza hablará el espíritu” proclamada por el gran José Vasconcelos, no es más que un enorme grito de reivindicación a toda nuestra gente, al pueblo de México, un llamado a la dignificación de nuestra sociedad.
El día de hoy se conmemoran 529 años del descubrimiento de América, 529 años de aquella llegada inercial por parte de las 3 carabelas españolas buscando nuevas rutas hacia las indias, sin embargo el resultado fue demasiado distinto, un nuevo mundo a todo lo hasta ese momento conocido.
A días de hoy afrontamos un amplio debate con respecto a si debe conmemorarse tal fecha e incluso llamársele como “Día de la raza”, sin embargo creo que el 12 de octubre no existe nada que celebrar, más sí que conmemorar, conmemorar no en nombre de aquel pueblo español que nos dotó de lengua, costumbres y religión, sino conmemorar en nombre de todas aquellas culturas indígenas que desde entonces se vieron relegadas, olvidadas, maltratadas e indudablemente denigradas por la historia.
Dentro de este amplio debate se menciona demasiado la explotación por parte de los españoles, el maltrato, y genocidio hacia algunos pueblos nativos americanos y la manera tan cruel en la que se destruyó sus ciudades, se les despojo de su lengua y se les arrebataron sus costumbres; y esto es cierto, mas sin embargo no lo es todo.
Negar la colonia es IMPOSIBLE, pero la realidad es que esta no lo es todo, este gran desprecio hacia Colón y la colonización de América no es más que evitar aceptar lo que como misma sociedad hemos hecho. Es decir, de esos 529 años los que respectan a la colonia no son nuestra culpa, sin embargo los que la suceden sí; 200 años cumplimos de nación independiente este 2021, y durante estos 200 años a los pueblos indígenas se les ha continuado relegado, pareciera que el mestizaje fuera algo malo, algo denigrante, que nuestras raíces debieran condenarnos al rezago y el olvido.
Criticar y culpar al pasado de los malos presentes resulta sencillo, cualquiera puede hacerlo, y más, cualquiera lo hace y lo afronta como realidad, sin embargo el presente no dista en absoluto de los vicios del pasado; en nuestro México nuestra raza, quienes conservan nuestras costumbres e identidad continua en el fondo de la pirámide, la población indígena continua siendo la más pobre, la que menor acceso al desarrollo tiene, la que más sufre de violencia y discriminación ¡POR EL SIMPLE HECHO DE SER INDIGENA! Hoy esto me parece inconcebible, sin embargo ocurre, existe, pero casi no se menciona.
Todos creemos contar con la calidad moral para culpar a la colonia del rezago indígena, pero pocos pueden aceptar que este rezago continua existiendo gracias a la enorme discriminación hacia nuestros pueblos originarios; olvida la sociedad que muy en el fondo todos hemos contribuido a la denigración de nuestras costumbres, a volverlas un tema de folklore y no de dignificación, de igualdad de derechos en la práctica y no solo en el discurso, de igualdad de oportunidades de desarrollo y no de clientelismo electoral, de real y verdadero orgullo y no de oportunismo político.
Mi raza cósmica, que en 1925 Vasconcelos le llamara al pueblo de México, a las hijas e hijos del maíz, somos la mezcla de todas las razas, orgullosamente mestizos, hijas e hijos de esta bella tierra, sin mexicanos de primera o de segunda, por ello es que urge una reivindicación de nuestros pueblos originarios, urge dotarle a la población indígena primero de dignidad, pero también de derechos reales, de oportunidades y de un lugar, el lugar que les corresponde dentro de una sociedad igualitaria, y que la lucha no se detenga que nosotros no nos detendremos y ¡POR MI RAZA HABLARÁ EL ESPÍRITU!