PRI, el partido que nadie quiere (Por: Alejandro Vázquez Cárdenas)
El pueblo, harto de un sistema visto como intrínsecamente corrupto e irredimible, manipulado hábilmente por una perversa campaña goebbeliana de desorientación que supo leer el descontento y aprovechar la supina ignorancia del votante promedio, optó por una alternativa que en su ingenuidad creyó diferente, cuando el realidad es una argamasa de lo más rancio del priismo de los 70 junto
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Morelia, Michoacán, 28 de agosto de 2018.- En marzo de este año, el Partido Revolucionario Institucional cumplió la nada despreciable cantidad de 89 años de vida. Representan más que el promedio de la vida de un humano, la cual ronda por los 77 años, dependiendo del país que hablemos. Nació como Partido Nacional Revolucionario, PNR, y su partero fue el Gral. Plutarco Elías Calles
A estas alturas vale la pena preguntarse ¿Cómo se desempeñó el PRI? Si tomamos en cuenta el sangriento saldo de las revueltas que se engloban en la llamada “Revolución Mexicana” debemos aceptar que la violencia “revolucionaria” casi desapareció. El país ha tenido, desde entonces, una estabilidad política inusual en la normalmente convulsa América Latina.
Pero si lo evaluamos por desarrollo industrial y económico ahí si salimos mal, el desempeño en estos rubros ha sido mediocre. Para darnos una idea, en las épocas de López Mateos países como Singapur y Corea del Sur eran tan pobres como Bolivia y otros parecidos. Ni el más fervoroso priista podrá negar que si nos comparamos con Corea saldremos perdiendo por donde se vea.
¿Y en Educación cual ha sido el resultado? Fatal, y quizá fatal sea un término amable; México está en los últimos lugares en prácticamente cualquier evaluación que se haga. No hay defensa posible en este aspecto. La UNAM con ser 86 años más antigua que Harvard se encuentra académicamente a años luz de esta.
¿Y cómo se ha desempeñado en Derechos Humanos? Peor. Por donde se le vea. Recordemos su negra historia, la persecución de opositores estudiantiles entre el 68 y el “Halconazo” del 71, la escandalosa corrupción en la presidencia de José López Portillo , la ineficiencia del sexenio de De la Madrid, el saqueo con Salinas, los no tan presuntos lazos del PRI con el narcotráfico y como última vuelta de tuerca el muy corrupto y nada trasparente sexenio de Enrique Peña Nieto, donde vimos una corrupción como no se daba desde el sexenio de Miguel Alemán o el de López Portillo.
Cuando el PRI perdió el poder en el año 2000 ante el Partido Acción Nacional (PAN) todos esperábamos mucho, pero las cosas no se dieron como se debía, por muchas razones, incompetencia y cobardía entre otras; y tras la decepción muchos quisieron ver en el PRI un mal menor con la errónea idea de que el PRI tenía “experiencia en el poder”.
El tiempo, maestro implacable, nos mostró que EPN y el PRI no eran la solución. Corrupción e impunidad regresaron pero ahora en escala faraónica.
El pueblo, harto de un sistema visto como intrínsecamente corrupto e irredimible, manipulado hábilmente por una perversa campaña goebbeliana de desorientación que supo leer el descontento y aprovechar la supina ignorancia del votante promedio, optó por una alternativa que en su ingenuidad creyó diferente, cuando el realidad es una argamasa de lo más rancio del priismo de los 70 junto con lo más reaccionario del PAN, más otras estructuras marginales que han sido utilizadas como “compañeros de viaje”
El votante promedio, sin información adecuada y guiado por las emociones, decidió saltar de la sartén al fuego. Resultado, el PRI se derrumbó a nivel nacional y su presencia en varios Estados será meramente testimonial. Su bancada es la más raquítica de toda su vida. Sus senadores caben en una selfie.
El nuevo gobierno aún no inicia pero las señales que ha mandado no son alentadoras; intolerancia, cerrazón, improvisación, ocurrencias, amiguismo, pago de favores, resurrección de personajes funestos, ignorancia y un evidente matiz populista. Motivos de preocupación existen. Por alguna razón “1984”, la famosa novela de George Orwell sobre la vida en un Estado autoritario, se ubicó recientemente en el número 6 de la lista de libros más vendidos de Amazon. El futuro de México no se ve muy bien.
Deus, misereátur nostri
Alejandro Vázquez Cárdenas