Proyecto Secreto: Por encima de la justicia
Los tiranos, Putin y otros se creen sobre la justicia y decretan el bien y el mal. Cometen graves crímenes y se creen muy puros.
Morelia, Michoacán, 22 de marzo de 2022.- UNA VISTA PANORÁMICA
Putin en una reunión masiva del pueblo ruso habla sobre su guerra. No es difícil adivinar que la justifica con grandes razones.
Muchos creemos que es un criminal de guerra que ha cometido crímenes gravísimos de homicidios, masacres, destrucción, peor que una bestia sanguinaria.
Este pecado de hipocresía y mentira es una tendencia en la clase política de todo el mundo. Todo lo que hace un dictador es perfecto, según sus propios datos, en un discurso manipulado a su conveniencia.
Es sorprendente su capacidad de mentir y el cinismo y desvergüenza con que lo hace. Maneja bien su retórica con una lógica bien estructuradas de falsedad, las consecuencias son lógicas, con premisas falsas.
Toda autoridad es respetable, tenemos la imagen de un presidente sabio, grande. También hay autoridades que dan la imagen de un chavo, jefe de una pandilla de la colonia que es bronco, no razona y le gusta el pleito.
La vida pública es una palestra donde se experimentan muchos conflictos y crímenes.
La situación de los periodistas en México está formada de muchos sucesos en el ejercicio de informar con la verdad ante realidades de toda índole. Es conocida en México, en Europa y en todas partes la situación difícil, muchas veces trágica que están viviendo estos hermanos.
La situación de violencia que tiene ensangrentado el país, ha golpeado a los servidores de la información. En más de un aspecto México es el país donde se amenaza más a los periodistas por un tenebroso contubernio de las autoridades y el crimen organizado. México asesina a sus periodistas más que los países que están en guerra. Es una situación que no podemos ignorar ni disimular.
Reconocer la situación de nuestro país y el crimen en el que todos participamos, al menos con nuestro silencio, es un acto de honestidad valiente. Es saludable porque es el primer paso para enfrentar la fiera sanguinaria de la violencia.
En todos los problemas que vivimos, como homo sapiens, estamos confrontados a la verdad, es decir, debemos enfrentar la realidad como se impone a nosotros, no conforme a nuestras ventajas personales o facciosas, debemos aceptar los crímenes y los actos virtuosos con objetividad.
La revocación de mandato, reglamentada y ordenada por las autoridades electorales, todos los actos de preparación y participación también deben ser enfrentados con la verdad.
La veda electoral debe ser acatada por todos los actores en juego, con su distinta posición ante esta práctica. Se deben respetar las leyes, se debe obedecer al INE y su presidente, en este caso más que al poder ejecutivo. No se debe abusar de la autoridad para hacer propaganda y tergiversar los hechos en una retórica amañada, sin respeto a la ley.
Las leyes se cumplen no se discuten, no se les hace manita de puerco, son categóricas y claras.
Otra cosa es la maña de los políticos que juegan con las palabras y son astutos para justificar las violaciones a la ley por intereses facciosos, tratan de escapar a la ley y salirse con la suya y esto es una traición al orden democrático.
La luz de lo alto
Los señalamientos que hace el parlamento de Europa sobre los asesinatos y la situación trágica de los periodistas, son eso, señalamientos, no están ordenando nada, no son injerencistas.
En una actitud madura y civilizada se deben recibir y agradecer con diplomacia. Se deben considerar objetivamente y discernir. Si los crímenes y descuidos son reales se deben reconocer para buscar enfrentar los problemas y establecer el orden social en el ejercicio de la libertad de expresión.
Si los hechos que se señalan no existen, si hay error o incluso mala voluntad, hay que hacerlo ver serenamente en términos correctos ante legisladores que son muy pulcros y saben expresarse con respeto y tienen mucho camino andado. No podemos reaccionar como bárbaros que necesitan ser colonizados. Tuve la oportunidad de vivir muchos años en Francia y de observar sus adelantos en la gestión pública y su madurez en el arte de gobernar y de gestionar los conflictos con efectividad, franqueza y fineza.
Hay cualidades que hacen grandes a los hombres de Estado: su sabiduría y su humildad.
El estadista no pierde el sentido y se cree la encarnación de los demiurgos, de los más grandes presidentes que ha tenido México. Tiene los pies en la realidad, sigue el consejo de Sócrates y se conoce a sí mismo. Es consciente de sus capacidades y conoce de sus errores y limitaciones. Es humilde. Ha habido héroes muy dotados, con cualidades sobresalientes y que han permanecido humildes: Gandhi, Mandela, entre nosotros Vasco de Quiroga, José María Morelos, Francisco I Madero…
La grandeza de alma se refleja en una actitud de nobleza, de corrección y respeto, de una indispensable capacidad de dialogar, escuchando y expresando la propia verdad y defendiendo sus intereses en la justicia, inseparable de la verdad.
En México tenemos un sustrato muy rico de cultura creyente y católica y tenemos también grandes valores de la vertiente indígena, rica en humanidad y valores de convivencia.
Es cierto que se encuentran entre nosotros individuos temperamentales y violentos que se ciegan y reaccionan bárbaramente. Así hay quienes se pelean, gritan, dan puñetazos o balazos y crean situaciones trágicas y sin remedio.
Los creyentes tenemos una riqueza de sabiduría y enseñanzas sublimes divinas que nos vienen de la fe de Cristo y son capaces de hacer de nosotros un gran pueblo, culto y sabio.
Los mandamientos que alcanzan su perfección máxima en el Sermón de la Montaña nos educan para reaccionar en medio de los problemas difíciles y violentos. Hay mandamientos que cambian las conductas del mundo: mantener la serenidad, “no te pongas con el malvado… Amen a sus enemigos, hagan el bien a quienes los insultan y calumnia… Imitan la bondad de Dios que manda la lluvia sobre buenos y malos y hace salir el sol sobre justos y pecadores. Así leemos en San Mateo.