Reflexiones / Combatir el Bullying
La labor de los adultos, particularmente los padres y los profesores, debe ser ayudar a que los niños generen un juicio crítico sobre los contenidos que ven en la televisión e internet. Hay mucha tarea que debemos hacer. ¿Lo estamos haciendo ya?
Moreila, Michoacán, 29 de mayo de 2014.- El Bullying crece en México y lamentablemente Michoacán destaca en el tema. El Bullying significa “acoso escolar u hostigamiento escolar. Es cualquier forma de maltrato psicológico, verbal o físico producido entre escolares de forma reiterada a lo largo de un tiempo determinado”. Las agresiones pueden consistir en golpes, empujones, burlas, insultos, despojo de bienes y, recientemente, el envío de mensajes ofensivos por correo electrónico o mediante el uso de teléfonos celulares a redes sociales.
Las cifras más recientes son escalofriantes: Cuatro de cada 10 alumnos entre los 6 y los 12 años, han sufrido algún tipo de agresión por parte de algún compañero, advirtió la Comisión Nacional de Derechos Humanos (CNDH), y de acuerdo con la opinión de alumnos de primaria y secundaria expresada en una encuesta nacional, las agresiones físicas más recurrentes son los puntapiés, puñetazos, empujones y jalones de cabello. Además señalaron que este tipo de violencia sucede tanto en los salones como en el patio de recreo.
Este fenómeno es muy lamentable y en Michoacán las cosas no son distintas: se presentan por lo menos dos casos de Bullying diarios que están siendo atendidos por el departamento de pediatría en el Seguro Social de la Entidad, con lesiones que llegan inclusive a ser “fracturas”. En Michoacán, se estima que por lo menos 10 de cada 100 menores sufren este problema, sobre todo en secundaria, y si bien es común entre alumnos, lo más significativo es que en muchas ocasiones ya están participando los profesores.
Desde luego dar un diagnóstico y explicar respuestas a este tipo de problema, llevaría mucho tiempo y espacio, sin embargo, uno de los elementos que se deben considerar para tratar de disminuir el problema del Bullying, es que los padres de familia sepan y tomen conciencia acerca de que este problema de conducta en los hijos también se está gestando en casa.
Como padres, seguramente nos resultará complicado reconocer que nuestros hijos muestran signos de violencia en la escuela; es normal, son nuestros hijos y tendemos a creer que son “lo mejor” y que “no son malos”, pero por increíble que parezca, es frecuente que los hijos muestren una conducta en casa y otra muy distinta en las instituciones de educación.
El reto está ahí. Parte medular de este problema es la educación que los padres inculcamos a los hijos. Si el niño o el joven vive la violencia, en cualquier modalidad en casa, no será extraño que repita estas conductas en la escuela. Si el niño o el joven tiene papás que no se ocupan en preguntar y conocer en dónde están los hijos, con quién conviven, qué tipo de valores tienen los “amigos”, qué miran en la televisión, internet o en las redes sociales, tampoco será ninguna sorpresa que los hijos hagan Bullying en la escuela.
Otro de los factores que incide en generar violencia en las escuelas, es la que se gesta desde los medios de comunicación. Los modelos y estereotipos que se presentan desde los medios de comunicación, en la historia, en el cine, en el teatro o en la letra de las canciones “modernas”, se exaltan valores contrarios a la convivencia y a algunas de las finalidades fundamentales que se proponen desde los centros educativos.
Marcos Rojas, manifestó que “en nuestra cultura con frecuencia se exalta la rivalidad y se admira el triunfo conseguido en situaciones de enfrentamiento; la creencia de que el antagonismo y la pugna son elementos necesarios y deseables; que en la lucha cotidiana los fuertes sobreviven mientras los débiles perecen en el intento”.
Entre las diversas informaciones de la American Academy of Child and Adolescent Psychiatry (1998), se afirma que la televisión puede tener una poderosa influencia en el desarrollo de un sistema de valores y en la formación del comportamiento, pero ante una programación cargada de violencia, advierte que “los efectos de la violencia en los niños y adolescentes, si no se ha desarrollado una actitud crítica en los mismos, suelen ser perjudiciales”.
Por ello la labor de los adultos, particularmente los padres y los profesores, debe ser ayudar a que los niños generen un juicio crítico sobre los contenidos que ven en la televisión e internet. Hay mucha tarea que debemos hacer los padres de familia, profesores, alumnos, directivos, medios de comunicación y, la sociedad en términos generales. ¿Lo estamos haciendo ya?
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