Reflexiones de fin de semana / ¿Borramos a los diputados?
¿Y si disminuimos el número de diputados en México? De entrada suena bien, especialmente si consideramos que este tipo de especímenes son el eslabón más delgado que se ubica en la parte más inferior de la cadena de confianza que hay en el país
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Morelia, Michoacán, 29 de agosto de 2014.- ¿Y si disminuimos el número de diputados en México? De entrada suena bien, especialmente si consideramos que este tipo de especímenes son el eslabón más delgado que se ubica en la parte más inferior de la cadena de confianza que hay en el país. Y bueno, no están solos, ahí se acompañan por sus aulas mater´s, o sea, los partidos políticos y sus fieles compañeros con quienes siempre terminan empatados a la hora de calificarlos: la policía.
El tema también ya tiene rato que se ventila y ha sido enarbolado por medios de comunicación, periodistas, sociedad, organizaciones y ¡Ahora el PRI! (El país está de cabeza, me cai).
Actualmente México alimenta a 500 diputados y 128 senadores para representar a una población de casi 120 millones de habitantes. Esto significa que cada diputado representa a aproximadamente 240 mil habitantes, y según el gran politólogo, Giovanni Sartory, no está mal… y yo le creo, bajo el riesgo de perder amigos y amables lectores. Pero antes de que me apedreen cual María Magdalena veamos algunos casos en otros países:
En Inglaterra por ejemplo, hay 650 parlamentarios de la Cámara de los Comunes y 780 miembros en la Cámara de los Lores (que incluye 25 obispos) para casi 64 millones de habitantes.
En cuanto a número, el caso español es más moderado, pues con una población de 47 millones, cuenta con 257 senadores (el doble de México) y un congreso con 350 miembros.
Mis consentidos federalistas, los alemanes, cuentan con un parlamento federal de 622 miembros para casi 81 millones de personas.
Italia por su parte es generosa en su parlamento bicamaral, tiene 321 senadores y 630 miembros en el congreso para una población que es la mitad de la mexicana: más de 61 millones. Todavía en los 90, los diputados italianos eran de representación proporcional (pluris).
Más acá, en América, Argentina cuenta con un senado de 72 miembros y 257 diputados, para una población de 42 millones, es decir, la tercera parte de la población mexicana.
Y en China 2985 diputados de la Asamblea Popular Nacional representan a más de mil 300 millones, así que no nos espantemos por las cantidades, después de todo, en nuestro país no somos poquitos. Yo sé que este comparativo lo vemos a cada chico rato, sobre todo por la insistente pretensión de desaparecer a los llamados diputados “pluris”, lo cuales, y contrario a lo que se diga, sí son electos por la gente, pero de manera indirecta; el problema con estos ejemplares es que su pre-selección es casi exclusiva de los partidos políticos, por eso se cuelan corruptos, oportunistas, arribistas, ecologistas y, (pero) también intelectuales y gente con el liderazgo suficiente para dirigir a sus bancadas de partido (casi todos los líderes de bancada son pluris).
El problema con los legisladores mexicanos (salvo contadas excepciones) es que son caros, corruptos, holgazanes, ignorantes y desubicados.
CAROS: porque son de los que más cobran a nivel mundial.
CORRUPTOS: porque recientes videos y audios han desnudado (lo que ya sabíamos) el papel de algunos legisladores que se llevan su “diezmo” a cambio de “gestionar” recursos para equis municipios.
HOLGAZANES: porque su rendimiento es pobre. Se supone que el trabajo de un parlamentario es 90 por ciento leer, 9 por ciento investigación de campo y 1 por ciento asistir a los congresos para echar discurso y votar (o no votar según sea el caso).
IGNORANTES: La ignorancia los lleva a gestionar, la gestión los lleva a pasar de Legislativo a Ejecutivo, y al pretender hacer el papel de Ejecutivo se pervierten aún más. Desconocen el verdadero quehacer de un legislador pues.
DESUBICADOS: El diputado mexicano confunde la cantidad con la calidad y los medios de comunicación también, pues la primera pregunta clásica que les hacen es: ¿cuántas iniciativas ha presentado? Cuando la realidad es que el legislador es el equilibrador de la ley. Sí, este es un país de leyes, pero eso no significa que haya más. Tácito lo dijo claramente: “Cuanto más se corrompía la República, mayor cantidad de leyes tenía”.
LAS CAMI-PROPUESTAS
– El cargo de diputado es una dignidad honorífica, pero como todo trabajo, este debe ser remunerado con no más del mínimo profesional vigente (entre 88 y 110 pesos diarios aprox.), con derecho a viáticos única y justificadamente de transporte, alojamiento y alimentación cuando recorra su distrito o cuando la comisión en la que participe así lo requiera.
– El trabajo es LEGISLATIVO y no EJECUTIVO, por lo que debe abstenerse de hacer coyotaje, o como ellos le llaman: “GESTIÓN” y aplicarse únicamente a la construcción y/o mejoramiento de las leyes, la revisión de la cuenta pública y la aprobación o desaprobación del presupuesto del Ejecutivo.
– Desaparición del FUERO constitucional.
– (UNA MÁS GALLERO) Impugnación ciudadana de la lista de los candidatos a diputaciones “Pluris”, para evitar indeseables como el Niño Verde y secuaces.
Si me preguntan, yo no creo que se tenga que sacrificar equis cantidad de diputados “para ahorrar”, cuando el ahorro se puede hacer reduciendo la dieta de los legisladores que de por sí cobran dinero de manera insultante en comparación a la mayoría de los mexicanos a quienes se supone representan.
(NOTA: ora sí amables lectores, vengan los regaños, y pedradas)
¿POR QUÉ ENTREGAR LAS ARMAS?
La verdad es que por mi perfil de capitalista empedernida me atrevo a hacer la siguiente reflexión: ¿por qué tendría que entregarle mi arma al Estado mexicano si el Artículo 10 de la suprema Constitución me permite poseerla en mi domicilio? ¿Para mi seguridad? ¿Para evitar un accidente?
Pero la mejor respuesta se encuentra en uno de tantos memes que circulan por esta maravillosa red social: “El Estado mexicano piensa que no necesito un arma de fuego porque tengo policías. ¡Oooh claro! Entonces no necesito un extinguidor de fuego porque hay bomberos” ¿edá?
Entonces… ¿Para qué jijos de la guayaba necesito un botiquín de primeros auxilios si tengo un súper poderoso IMSS que vela por mi salud y la de mi familia? o más aún: ¿Para qué querría un libro si la educación en México está poca madre? ¿No?
Lo bueno es que para mi legítima defensa yo tengo a dos amigos que me protegen: Smith and Wesson, y mientras sea legal, no tengo por qué entregarlos al Estado que, dicho sea de paso, no ha mostrado síntoma alguno de querer proteger al ciudadano común del crimen que hay en el país… salvo cambiarle de nombre a los cuerpos policiacos para seguir con las mismas mañas.
CONFIRMADO HELLO KITTY ¡NO ES GATITA!
Tanto trabajo que le costaba a mi señor padre comprarme una méndiga mochila de Hello Kity, allá en mi pueblo, el Naranjo Chila, para que al último los nipones digan que no es gatita, que es una chiquilla ¡¡¡Waaaaa!!! ¡¡¡Mueroooooo!!!
Tan tán…Y mejor los dejo, no sea que les amargue el viernes como me lo acabo de amargar yo con esta columna. Además dije que tenía güeva escribir.
¡¡Buen viernes vodkero para todooooooos!!