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Reforma Energética: la respuesta parcial del Ejecutivo a Cuarón

Teresa Da Cunha es doctora en Derecho; con diversos posgrados en universidades de México, España y Francia; profesora investigadora de la UMSNH; miembro del Sistema Nacional de Investigadores; y coordinadora del Área de Ciencias Sociales en el CIJUS
Teresa Da Cunha es doctora en Derecho; con diversos posgrados en universidades de México, España y Francia; profesora investigadora de la UMSNH; miembro del Sistema Nacional de Investigadores; y coordinadora del Área de Ciencias Sociales en el CIJUS

Los titulares de Energía y Hacienda dieron la respuesta oficial a dos de las dudas de Cuarón; nos resta esperar por las ocho respuestas faltantes que el gobierno federal prometió publicar en las próximas horas a través de la web de la Presidencia de la República

Morelia, Michoacán, 01 de mayo de 2014.- El presidente Peña Nieto, ha enviado a la Cámara de Senadores el paquete con la iniciativa legislativa de leyes secundarias en materia energética, que contiene la propuesta para modificar 13 leyes y crear 8, en las cuales se establecen las reglas que permitirán que las empresas privadas ingresen al mercado energético del país por primera vez en más de 75 años.

La propuesta del ejecutivo llega al Senado el último día del periodo ordinario de sesiones del H. Congreso de la Unión, en medio de una confrontación partidaria sin precedentes que refleja la mobilización de grupos de interés (el choque entre Televisa y Grupo Carso es un ejemplo) y de la opinión pública por la aprobación de la legislación complementaria en materia de Telecomunicaciones y Político-Electoral.

Este “atasco” legislativo es una crónica de un proceso tormentoso anunciado ya que en la agenda de las reformas del sexenio las reformas Educativa y, en particular la Energética, tocan no sólo cuestiones de techné parlamentaria, sino también se fraguan a lo largo de la radical división ideológica de la sociedad mexicana y minan, en lo más profundo, a los mitos fundadores de la Identidad nacional contemporánea.

Durante la presentación de la iniciativa presidencial, Luis Videgaray y Pedro Joaquín Coldwell, respectivamente secretarios de Hacienda y Energía, han contestado (ya los ciudadanos mexicanos decidirán si cabalmente o no) a dos de las diez preguntas que Cuarón, el director de la película ‘Gravity’ y ganador del Oscar 2014, publicó a través de un desplegado en los principales periódicos del país. Cuestiones retomadas de forma masiva y viral por las redes sociales, en particular por los usuarios de Twitter.

Los titulares de Energía y Hacienda dieron la respuesta oficial a las dudas de Cuarón sobre: a) cuándo se reducirán los precios de las gasolinas, el gas y la energía eléctrica y b) sobre los instrumentos para evitar una crisis económica como la de la década de los años 80 a partir de los cambios en el sector energético.

Para tal, detallaron los siguientes puntos:

A).- La intervención de Joaquín Coldwell, Secretario de Energía, se avocó al proceso, conocido como fracking (o fracturación hidráulica), por el que a través del gas de esquito se obtiene energía eléctrica.

Coldwell, enfatizó la importancia de esta nueva tecnología para la independencia energética de México, enfatizando en su respuesta que México importó en 2013 cerca de un 30% del gas natural y que, por lo tanto, no sólo es necesario expandir la infraestructura para el transporte de este hidrocarburo, como también es urgente .Pero continúa perpetuando el silencio oficial sobre la cuestión de los impactos medioambientales de su implementación del fracking.

Complementariamente, garantizó que la factura de luz de los mexicanos podrá disminuir en dos años después de que los legisladores aprueben las leyes secundarias de la reforma energética.

B).- Por su parte, el Secretario de Hacienda argumentó sobre la cuestión de los “costos” económicos y sociales de la reforma energética. En la visión de Videgaray, con los ejes de esta reforma, la administración de Peña Nieto busca evitar una crisis económica como las que México sufrió en la década de los 80′s, provocada por el modelo neo-mercantilista, “estatista y monolítico” y proteccionista que colapsó a la industria y al mercado interno, con la implementación de una autonomía presupuestal para PEMEX y CFE. En las palabras de Videgaray: “O abrimos el sector energético, o nos condenamos a la inmovilidad”.

Los puntos fulcrales de la posición defendida en la propuesta presidencial son entonces dos: 1.-autonomia presupuestal; 2.- y el nuevo plan fiscal para PEMEX.

PEMEX y la CFE serán dotados de autonomía presupuestal y de gestión. En este punto, Luis Videgaray fue cortante al enunciar de forma lapidaria: “Ha llegado la hora de que la Secretaría de Hacienda saque las manos de Pemex y CFE”.

La propuesta presidencial va acompañada de la promesa de Vidagaray de reducir la carga fiscal que Pemex mantiene en un 79% de sus ganancias a contribuir con el fisco mexicano en menos de un 65%.

La modificación del régimen fiscal de Pemex, planteada por Videgaray, pretende reducir la carga fiscal sobre PEMEX e implementar un sistema de financiamiento a través del Fondo Mexicano del Petróleo -fondo creado en la reforma constitucional de diciembre de 2013, bajo el modelo de referencia de Noruega– donde la renta petrolera que sume un 4.7% del Producto Interno Bruto (PIB) irá al gasto corriente del Gobierno federal, mientras que los excedentes irán a una bolsa de ahorro que servirá para inversión en la petrolera mexicana.

Este plan fiscal tendrá un tiempo estimado de transición de 10 años y tiene como objetivo garantizar la competitividad de PEMEX y garantizarle condiciones de igualdad con otras empresas, en un mercado complejo y globalizado, geopolíticamente estratégico, como es el del sector de las energías.

Nos resta esperar por las ocho respuestas faltantes que el gobierno federal prometió publicar en las próximas horas a través de la web de la Presidencia de la República.

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