Editoriales

Relevo en el PAN / Teodoro Barajas Rodríguez

El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas
El autor es maestro en Gobierno y Asuntos Públicos, así como candidato a Doctor en Ciencias Políticas

El PAN en Michoacán asoma otros rostros, liderazgos emergentes que desplazan al anterior grupo hegemónico de origen moreliano, así lo reflejó su elección para delegados el anterior fin de semana, las típicas familias panistas no figuran, los números favorecieron a Marko Cortés y Salvador Vega Casillas

Morelia, Michoacán, 15 de marzo de 2014.- El Partido Acción Nacional en Michoacán asoma otros rostros, liderazgos emergentes que desplazan al anterior grupo hegemónico de origen moreliano así lo reflejó su elección para delegados el anterior fin de semana, las típicas familias panistas no figuran, los números favorecieron a Marko Cortés y Salvador Vega Casillas.

En décadas anteriores el PAN participó en campañas testimoniales, fue su tiempo de oposición leal al antiguo régimen, el crecimiento del albiazul se originó en el tiempo del salinato, en aquellos años se habló insistentemente en las famosas “concertacesiones”, mismas que se usaron para legitimar al ex mandatario toda vez que su arribo a Los Pinos fue cuestionado, presionado por la opinión pública encontró un par de asideros, el panismo y la iglesia católica. Esa fue la historia.

En la óptica de Carlos Castillo Peraza y Luis H. Álvarez la de Carlos Salinas de Gortari fue una victoria cultural del PAN.

El momento actual de Acción Nacional ofrece diversas lecturas, es la primera vez que las rupturas se hacen evidentes, descarnadas, la contienda por la dirigencia entre Gustavo Madero y Ernesto Cordero se ha convertido en un pleito en el cual relucen los insultos, descalificaciones e imputaciones graves de corrupción. Se rompió la práctica de antaño basada en la moral escolástica para darse con todo.

A últimos días también ha quedado de manifiesto la mentira que se contó en la administración panista de Felipe Calderón en torno a la presunta muerte de Nazario Moreno El Chayo en 2010 porque las pruebas periciales modificaron esa narrativa falsaria que se nos contó, una raya más.

Por lo tanto el PAN parece vivir una decadencia que nos remite invariablemente a lo profetizado por Daniel Cosío Villegas, aquel destacado intelectual independiente, porque vaticinó “el día en que el PAN gane el poder perderá al partido”, bastaron doce años para que las grietas en la estructura orgánica e ideológica se volvieran inocultables.

En Michoacán parece llegar un relevo generacional y de nomenclatura con un grupo que podríamos catalogar neopanista, atrás quedan los cuadros emblemáticos que ahora parecen quedarse en la historia de luchas del pasado, finalmente todo ello se inscribe en el inicio y conclusión de ciclos, natural.

Luisa María Calderón Hinojosa quedó en un lejano tercer lugar, atrás de Salvador Vega Casillas y Marko Cortés, ello resulta sintomático, por decir lo menos.

A nivel nacional los Calderón Hinojosa apoyan a Ernesto Cordero, Marko Cortés respalda a Gustavo Madero, la distancia entre unos y otros es obvia. Las cosas cambian, los escenarios por igual.

A todo ello se agrega el escándalo del presunto tráfico de influencias de significativos panistas en el caso Oceanografía, expediente que tiene el inequívoco tufo a corrupción, fariseísmo político amparado en el discurso cristiano del bien común.

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