Un Monrealismo en apogeo
Como el Monrealismo constituye una gran estructura de liderazgos, no podemos soslayar el trabajo eficiente que ha realizado Catalina Monreal; ella, como Ricardo, David y Saúl, es parte de ese Monrealismo que, en este momento, está en su máximo apogeo.
Morelia, Michoacán, 25 de noviembre de 2024.- Desde luego, en ese impulso de construir una carrera eficiente trae consigo un esfuerzo elevado, lo mismo que contratiempos, brechas y todo aquel elemento inherente que, si eres persistente, podrás dar el salto definitivo a la consagración; es decir, la clave de todo ello es el quehacer arduo, la voluntad y muchas veces el sacrificio de dedicarle mayor tiempo a los temas trascendentales del universo sociopolítico que, evidentemente, vale la pena seguir adelante cuando existe vocación para servir a México. Eso, naturalmente, conlleva una labor constante a través de distintas trincheras, eso sí, con un papel relevante que contribuya a revolucionar el cambio sustancial en un proyecto de nación. Ahí, de hecho, podemos identificar a muchos referentes de la lucha democrática del país.
Ricardo Monreal, precursor de la lucha social en México, es uno de los partícipes de este nuevo proceso de transformación que vive el país. A lo largo de más de 40 años de carrera política, el coordinador de la fracción parlamentaria de Morena, una vez más, nos demuestra el nivel de compromiso, especialmente en el manejo de los temas legislativos que, bajo su liderazgo, ha hecho posible aprobar un andamiaje sólido de proyectos de reforma al marco constitucional que, al final de cuentas, son el principal sostén para darle desarrollo y equilibrio al país. Hoy, con las condiciones numéricas, Monreal, a lo largo de este ejercicio, responderá responsablemente al mandato popular. Si pudiésemos considerar las más importantes, hasta ahora, podemos citar el tema del poder judicial y la supremacía constitucional, que como mecanismos de blindaje, permite salvaguardar la autonomía del poder reformador.
Todo ello, por supuesto, ha echado raíces profundas. En esa perspectiva, el apellido Monreal, que es sinónimo de lucha social en México, sigue trascendiendo. El mismo gobernador de Zacatecas, que por cierto recibió un estado técnicamente desquebrajado, ha logrado revitalizar las finanzas públicas y, de paso, avanza significativamente en la pacificación. Él, a propósito de ello, ha hecho lo posible para que las condiciones sociales, en progreso y transformación, sigan colocando a la entidad entre los territorios con mayor avance económico. Si vemos con lupa todo ese trabajo, Zacatecas, sin exagerar, se coloca en un punto clave en el que la ciudadanía se siente bien gobernada y representada con David Monreal.
Si nos guiamos por esa lógica y las circunstancias del protagonismo que está generando Saúl Monreal, senador de la República, todo pinta, llegado el momento crucial, para posicionarse en el mapa sucesorio por la gubernatura de Zacatecas. Tiene, además de todo el derecho político y legítimo, las credenciales para encarar un reto de esa naturaleza. Él, cada vez más, se ha ido afianzando como legislador de la cámara alta, sobre todo en una coyuntura clave donde se juega profundizar las políticas públicas de la cuarta transformación. Eso mismo sucede en cada una de las participaciones en tribuna y comisiones. Eso, evidentemente, nos ha dado señales muy claras de que, en un futuro inmediato, Saúl, en una posición inmejorable como el Senado, se perfila para ser el sucesor de David Monreal en la gubernatura. No se trata de un tema de consanguinidad, sino de méritos propios para comenzar a construir las condiciones políticas que, por cierto, lo colocan en la cima de las preferencias a pesar del tiempo que aún resta. De hecho, no debe de sorprendernos la premura, pues hace más de tres años, recordemos, el expresidente Obrador abrió el compás de la sucesión presidencial. Conscientes de que falta tiempo, el escenario está dibujado de la mejor manera posible para el menor de los Monreal. De entrada, tiene lo más importante: respaldo popular y arraigo en aquella tierra.
Y como el Monrealismo constituye una gran estructura de liderazgos, no podemos soslayar el trabajo eficiente que ha realizado Catalina Monreal. La vida le puso una prueba de fuego en la delegación Cuauhtémoc; no tengo la menor duda que ella ganaría la elección si se hubiese revisado cada una de las actas. Eso dio pie a la especulación, sobre todo en un ejercicio plagado de irregularidades que fraguó el PRIAN. Pero la política, para quienes saben adaptarse a las adversidades, tiene recompensas por la labor constante. Catalina, en su momento, fue también pieza clave en el triunfo contundente de Claudia Sheinbaum en CDMX. A la par de su campaña, en efecto, fue precursora del activismo a favor del proyecto presidencial, respaldando cada unas de las propuestas que, al final de cuentas, llegaban a los habitantes y vecinos. Eso, a la postre, le permitió abrirse paso al gabinete ampliado de la presidenta constitucional. Hoy, que actualmente es titular del INAES, hay enormes expectativas para el desarrollo económico, especialmente de aquellos sectores que, por su condición de vulnerabilidad, requieren de mayor respaldo y asistencia. De hecho, nos cuentan, esa institución, para el ejercicio presupuestal 2025, tiene contemplado mayor acceso a los programas sociales, específicamente en coordinación con las distintas autoridades.
A partir de la llegada al INAES, entonces, el liderazgo de Catalina Monreal fue en aumento. Eso le permitirá, además de resolver y atender los programas sociales, posicionarse en el mapa electoral para futuras aspiraciones. Ella, como Ricardo, David y Saúl, es parte de ese Monrealismo que, en este momento, está en su máximo apogeo.