Editoriales

Venganza social / Gonzalo Gabriel Estrada Cervantes

El autor es licenciado en Derecho, especialista en Derecho Agrario; Maestro en Ciencias en Desarrollo Rural Regional; Maestro en Derecho Ambiental y de la Sostenibilidad; Diplomado en la Unión Europea
El autor es licenciado en Derecho, especialista en Derecho Agrario; Maestro en Ciencias en Desarrollo Rural Regional; Maestro en Derecho Ambiental y de la Sostenibilidad; Diplomado en la Unión Europea

En realidad, ¿qué armas tenemos para hacer realidad esa venganza social que trascienda? Creo que solamente la venganza electoral, la venganza que en 2015 tenemos la oportunidad de impulsar a gente honesta, transparente y comprometida con su entorno social

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A quienes con talante y talento siguen construyendo CIporMich

México, D.F., 10 de diciembre de 2014.- En la reciente entrevista de Carmen Aristegui al escritor español Arturo Pérez Reverte, éste habla entre otras cosas de lo enfermo que esta México, y también España; y de que la gente a través de las manifestaciones busca no caminar hacia un mundo mejor, sino vengarse del poderoso por los agravios recibidos. Dice que en los tiempos de ahora la palabra justicia es un sinónimo de venganza. Alude también a que el malo, con las redes sociales y la inmediatez de las comunicaciones, tiene menor margen para esconderse y para permanecer en la impunidad y que a través de la venganza social los ciudadanos quieren que el malo sangre. Un discurso que no tiene un hueco de esperanza, le dijo Carmen Aristegui y Pérez Reverte lo confirmó.

Y vaya que estamos en México, en Michoacán, en Guerrero y en gran parte del territorio nacional en un contexto permanente de violencia y de venganza social, aunque a muchos no nos guste el eufemismo de lo que en realidad queremos decir justicia.

Un Estado ausente, extraviado, más preocupado por su peinado y maquillaje que por las lágrimas derramadas de miles de familias doloridas por ser víctimas sistemáticas de la violencia.

Un halo de corrupción que todo lo permea en el ámbito político; el político que menos pide de moche es el diezmo. La corrupción e impunidad institucionalizada en los tres órdenes de gobierno. Un pueblo traicionado por quienes deben velar por su seguridad y bienestar solo puede estar esperando el momento de la venganza social.

Nunca antes mejor dicho por Pérez Reverte sobre el pulso de la calle en un México enfermo; pero y en realidad, ¿qué armas tenemos para hacer realidad esa venganza social que trascienda? Creo que solamente la venganza electoral, la venganza que en 2015 tenemos la oportunidad de impulsar a gente honesta, transparente y comprometida con su entorno social y pueda ocupar posiciones para servir y no servirse del poder y dinero que emana del pueblo.

Por eso más que venganza social, vamos a vengarnos electoralmente en este 2015, apoyando a los mejores ciudadanos independientes a los cargos de elección popular. Otros años más de agravios al pueblo nos llevarán al vertedero de la historia patria por nuestra dejadez y complicidad silenciosa con la corrupción e impunidad que ahora la representan las instituciones que deberían velar por nuestro bien vivir.

La oferta y la demanda es muy simple: Cero tolerancia, cero corrupción y cien de transparencia.

Michoacanos, lo que decidamos en 2015 será oportunidad por una sola vez y para siempre.

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