Cartelera Retrospectiva / Camille Claudel
El trabajo del cineasta francés, Bruno Dumont, a pesar de su calidad, no suele funcionar muy bien en cartelera. Camille Claudel es una película intensa pero mínima, tan mínima que resulta un tanto aburrida
Morelia, Mich., 19 de noviembre de 2013.- Bruno Dumont fue uno de los invitados especiales de la pasada edición del FICM, en donde presentó Camille Claudel (Camille Claudel, 1915, 2013), séptimo largometraje que escribe y dirige el cineasta francés. La película tuvo su estreno en el Festival de Berlín donde recibió comentarios mayormente positivos de la crítica y muy malos de los distribuidores, así están las cosas.
Camille Claudel, fue una escultora francesa que desarrolló la mayor parte de su obra en los últimos años del siglo XIX. Alumna y amante del famoso Auguste Rodin, con el que sostuvo una larga y tormentosa relación, la que se rompió definitivamente cuando Rodin se une sentimentalmente con otra mujer. Después de algunos años difíciles durante los cuales vivió recluida en su taller, su familia decide internarla en el manicomio de Montdevergues donde nunca más saldrá. Camille murió en dicha institución mental en el año de 1943 y hasta el día de hoy se desconoce el paradero exacto de sus restos.
La relación de Rodin con la impetuosa Claudel, ya había sido llevada a la pantalla por Bruno Nuytten en 1989, con las actuaciones de Isabelle Adjani y Gérard Depardieu. Dumont decidió retomar la historia de la escultora en el año de 1915, mucho después de su rompimiento, cuando ya llevaba un par de años encerrada en Montdevergues. La Camille de Dumont es una mujer paranoica (culpa de su encierro y de supuestos intentos de envenenamiento a su antiguo amante), que vive rodeada de locura y que ruega a su hermano, el impasible escritor y diplomático Paul Claudel, que la saque de ese lugar.
Camille Claudel es una obra austera pero bien ambientada en las ventosas costas del sur francés. Largas escenas muestran la vida cotidiana en el asilo, en donde por cierto, también existen las clases sociales. Mujeres con distintos tipos de locura acuden a misa, se asean, emprenden paseos por senderos pedregosos y hasta intentan armar una peculiar versión de Don Juan al interior del recinto. Fiel a su costumbre, Dumont nos ofrece pocos, pero grandilocuentes diálogos.
Dumont tomó la extraña decisión de rodear a su protagonista, una muy avejentada Juliette Binoche (quien lo hace muy bien, por cierto), de enfermos mentales reales, lo que nos obliga a cuestionar los alcances éticos de la obra. Lo cierto es que la cinematografía de Dumont suele ser poco complaciente o hasta incómoda, entre sus trabajos previos podemos destacar el thriller místico Hadewijch (2009) o la road movie californiana 29 Palmas (Twenty nine palms, 2003), que tuvieron un recorrido importante por los circuitos de arte. Y es que el trabajo del cineasta francés, a pesar de su calidad, no suele funcionar muy bien en cartelera. Camille Claudel es una película intensa pero mínima, tan mínima que resulta un tanto aburrida.