Cartelera Retrospectiva / La vida de Adèle


Es claro que la película tiene un público muy concreto y que es futuro material de cineclubes, por lo que será difícil que cause polémica por sus imágenes y temática en sectores amplios de la población
Morelia, Michoacán, 15 de febrero de 2014.- Después de una aceptable presentación en el FICM, llegó a la cartelera comercial La vida de Adèle (La vie d’Adèle. Chapitres 1 et 2, 2013), quinto largometraje del tunecino Abdellatif Kechiche, quien a pesar de su juventud, ya cuenta con un largo recorrido en la cinematografía francesa. La cinta ganó la Palma de Oro en el Festival de Cannes y hasta alcanzó una nominación en los Globos de Oro, un certamen que no suele considerar filmes de alto contenido sexual.
Kechiche es uno de los tantos directores que se han conocido en nuestro país gracias al Tour de Cine Francés, el tunecino se presentó con el drama agridulce La culpa la tiene Voltaire (La faute à Voltaire, 2000), quizás uno de sus trabajos más renombrados hasta este momento. La película está basada en la novela gráfica Le bleu est une couleur chaude de la historietista francesa Julie Maroh, quien es abiertamente lesbiana y no perdió oportunidad para quejarse del tono marcadamente sexual de la versión cinematográfica. Adèle es una adolescente que cursa el bachillerato, ha salido con chicos pero no encuentra total satisfacción en su compañía hasta que un día decide explorar su sexualidad con otras chicas acudiendo a bares homosexuales, es en uno de esos lugares donde conoce a Emma, una ruda estudiante de artes de cabello azul con la que iniciará un tórrido romance que pondrá a prueba la estabilidad emocional de la pareja.
Gran parte del mérito de la película es la naturalidad de las largas escenas que muestran la vida cotidiana en la vida de su personaje principal interpretado por Adèle Exachorpoulos, quien hace un trabajo impresionante y logra crear un vínculo muy fuerte con su contraparte, la actriz Léa Seydoux, quien logra un mejor desempeño en las escenas en que luce un tono extrañamente azulado en su cabello. El director decidió, durante los cinco meses que duró el rodaje, dar libertad para que la historia tomara la forma que le dieran sus actrices quienes improvisaron casi la totalidad de los diálogos, incluso en un hecho inusual en la premiación en Cannes, la Palma de Oro se entregó no solo al director sino a las dos chicas que protagonizan del filme.
Quizás el único punto que se le podría reclamar a la obra de Kechiche es su duración, tres horas de metraje pueden resultar excesivas para audiencias poco predispuestas a una película de esta naturaleza. Pero ese no es un detalle que incomode al director, de hecho actualmente está preparando una versión más larga de la obra, con cuarenta minutos más, que seguramente será distribuida en formato digital. No en vano, el título original de la cinta hace alusión solamente a los “capítulos 1 y 2”.
La vida de Adèle es uno de esos extraños accidentes que se dan de cuando en cuando en el cine, una película franca, realista y sensible. Es claro que tiene un público muy concreto y que es futuro material de cineclubes, por lo que será difícil que cause polémica por sus imágenes y temática en sectores amplios de la población. De cualquier forma, el espectador que busque alternativas a películas infantiles o remakes de viejas películas de acción, se verá recompensado con una experiencia cinematográfica conmovedora y memorable.