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Cartelera Retrospectiva / Los infieles

El filme está conformado por varias historias cortas, que cuentan diversas variantes de la infidelidad masculina
El filme está conformado por varias historias cortas, que cuentan diversas variantes de la infidelidad masculina

Si uno deja de lado los abundantes clichés sobre la masculinidad que contiene esta cinta, encontrará algunos momentos divertidos, pero por otra parte, varias escenas de humor simplón y un final tan forzado como ridículo

Morelia, Mich., 17 de agosto de 2013.- Presentada con anterioridad en el 16 Tour de Cine Francés, Los infieles (Les infidèles, 2012), es un largometraje coral firmado por siete directores y una directora, entre los que se cuentan Michel Hazanavicius, ganador del Oscar por El artista (The artist, 2011), así como Jan Kounen conocido por películas como Dobermann (1997) y Coco e Igor (Coco Chanel & Igor Stravinsky, 2009). Aunque a final de cuentas, se podría decir que es un proyecto personal de los amigos Jean Dujardin y Gilles Lellouche, quienes producen, actúan, dirigen y escriben esta disparatada comedia francesa.

Aun antes de ser famoso por su papel en El artista, Jean Dujardin, un habitual de las comedias paródicas francesas y su camarada Gilles Lellouche, uno de los actores con más presencia en el cine galo de los últimos años, traían entre manos la realización de este proyecto, al cual se sumaron con el tiempo diversos actores y directores para conformar un filme caótico y estrafalario. Los infieles, está conformado por varias historias cortas, que cuentan diversas variantes de la infidelidad masculina. Ya sea en un congreso de negocios, en una salida con los amigos o tomando terapia con un grupo de disfuncionales, se exhibe esa obsesión de poseer tantas mujeres como sea posible a pesar de contar con una pareja estable, condición indispensable para que se concrete la felonía.

Como suele suceder con esta clase de producciones, en donde se ven involucradas tantas perspectivas sobre un mismo tema, Los infieles es una película muy dispareja. Lo mismo encontramos momentos rescatables, como el caso de los segmentos dirigidos por Emmanuelle Bercot y Eric Lartigau, que de alguna manera rompen con el tono burlesco del filme, que lapsos torpemente desarrollados, convertidos en pequeños sketches, relatos demasiado burdos como para tomarlos en cuenta. Otra falla importante es que dado que Lellouche y Dujardin interpretan a los distintos personajes de cada historia y que no hay una clara separación entre ellas, se traduce en el público en una molesta confusión entre cada viñeta y la siguiente.

Como dato de trivia, este proyecto comenzó a promocionarse en Francia, justo en el momento en que Jean Dujardin surgiera como uno de los nombres favoritos para llevarse una de las codiciadas estatuillas que otorga la industria estadounidense, esto por su trabajo en El artista. La polémica surgió cuando en esas mismas fechas, varias vallas publicitarias de Los infieles fueron retiradas de la capital francesa por ser consideradas vulgares o francamente sexistas. Al final, el escándalo fue sepultado con montones de comunicados de prensa y el actor galo terminó con el Oscar en su casa.

Si uno deja de lado los abundantes clichés sobre la masculinidad que contiene esta cinta, encontrará algunos momentos divertidos gracias a la buena interacción entre los protagonistas. Pero por otra parte, varias escenas de humor simplón y un final tan forzado como ridículo, mandan a esta película (que pudo ser mucho mejor), al cajón de las prescindibles.

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