Cartelera Retrospectiva / Siempre estaré contigo
El filme es la pequeña historia de un hombre que ronda los 90 años y tiene las suficientes agallas para recuperar un poco de la libertad que le ha sido arrebatada por el gobierno, cuenta con los elementos suficientes para convencer a una audiencia cansada de explosiones, superhéroes y lagartos gigantes
Morelia, Michoacán, 15 de mayo de 2014.- Como filme de relleno se presentó en cartelera la producción canadiense Siempre estaré contigo (Still mine, 2012), drama independiente dirigido por Michael McGowan, quien poco y nada había logrado con sus cuatro largometrajes anteriores. Su más reciente trabajo contó con una distribución muy limitada en el sector comercial y desde hace tiempo se encuentra disponible en formato digital, por lo que resulta un tanto inusual su estreno en las salas en nuestro país.
Una anécdota real inspiró al propio McGowan para escribir el guión de Siempre estaré contigo. Craig Morrison, un testarudo anciano de New Brunswick, Canadá decidió enfrentar a las autoridades locales para construir una pequeña casa en un terreno de su propiedad. La esposa del veterano constructor padecía un deterioro progresivo de la memoria, pero ni así la cosa daba para mucho, salvo que las regulaciones de construcción canadienses resultan casi tan temibles como las del ayuntamiento moreliano.
Lo que en un inicio parece un drama geriátrico al estilo de Lejos de ella (Away from her, 2006), donde uno de los integrantes de la pareja sufre una mengua en sus capacidades mentales producto del Alzheimer, pronto se convierte en una historia sobre la lucha de una persona contra la burocracia local, en el afán de defender su libertad, de elegir lo que él considera como la mejor opción para sobrellevar la enfermedad de su esposa: la construcción de una casa pequeña, de una sola planta, para prevenir posibles accidentes.
Si bien desde el principio la película se sitúa peligrosamente en los linderos del telefilme: una historia pequeña, un poco de drama familiar, una música demasiado inofensiva (salvo la inclusión un buen tema de la banda londinense Mumford & Sons), tiene el mérito de contar con sobresaliente naturalidad un relato que por sus características no podía ser mostrado de otra manera, los mejores momentos del filme son precisamente aquellos en donde el protagonista lleva a cabo las labores habituales de una comunidad rural del norte del continente. Pero ante todo, debe destacarse el gran desempeño del veterano James Cromwell, un extraordinario actor de reparto al que raras veces se le habían dado oportunidades para mostrar su talento. Es difícil imaginar que el personaje del testarudo anciano Craig Morrison hubiera tenido una mejor interpretación.
Conforme va aumentando la edad promedio de la población mundial es lógico que vayan apareciendo más filmes que toquen esta etapa en la vida de las personas. Siempre estaré contigo no ahonda en la cuestión, pero esta pequeña historia de un hombre que ronda los noventa años y tiene las suficientes agallas para recuperar un poco de la libertad que le ha sido arrebatada por el gobierno, cuenta con los elementos suficientes para convencer a una audiencia cansada de explosiones, superhéroes y lagartos gigantes.