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Cheflera: La planta perfecta para iluminar cualquier rincón del hogar

La Schefflera arboricola es una planta ornamental resistente y versátil que requiere pocos cuidados, ideal para interiores y jardines tropicales

Morelia, Michoacán, 15 de mayo de 2025.- Si busca una planta llamativa y fácil de cuidar para decorar esa esquina olvidada de su casa, la Schefflera arboricola, también conocida como cheflera o árbol paraguas enano, es una excelente opción. Esta especie originaria de Taiwán y la isla Hainan (China) se ha ganado un lugar en hogares y jardines de todo el mundo gracias a su elegancia natural, su capacidad de adaptación y su versatilidad ornamental. Además de su belleza, pertenece a la familia Araliaceae, un grupo de plantas que incluye desde arbustos y árboles hasta trepadoras con propiedades medicinales tan conocidas como el ginseng o la hiedra.

Esta planta se caracteriza porque es un arbusto perenne que puede crecer entre 3 y 6 metros de alto. Se puede desarrollar sola, como planta trepadora o incluso sobre otras plantas sin dañarlas. Lo más llamativo de esta especie son sus hojas brillantes de color verde, con forma de mano.

Entre julio y octubre produce flores pequeñas de color amarillo a verde, agrupadas en racimos. Luego, entre agosto y diciembre, da frutos ovalados que cambian de color: primero son naranjas y luego se tornan rojo-violeta al madurar. Un detalle interesante es que, en ambientes muy húmedos, esta planta puede formar raíces aéreas. Cuando estas raíces tocan el suelo, se vuelven raíces verdaderas, lo que le da un aspecto muy particular.

Su versatilidad se extiende también a su uso ornamental, siendo popular no solo como planta de interior tradicional sino también como espécimen para técnicas de bonsái. Su capacidad para atraer polinizadores y aves frugívoras la convierte además en un valioso elemento para jardines que buscan fomentar la biodiversidad local.

Cuidados

La Schefflera se ha convertido en una opción preferida tanto para principiantes como para jardineros experimentados debido a su notable adaptabilidad y bajos requerimientos de mantenimiento. Aunque aun así necesita algunos cuidados:

Luz

La Schefflera arboricola prospera con luz brillante indirecta y requiere buena iluminación al menos durante ocho horas al día. Aunque puede adaptarse a condiciones de luz media en interiores, la exposición directa al sol debe evitarse, ya que puede quemar sus delicadas hojas. En espacios interiores, es preferible ubicarla cerca de una ventana con luz filtrada.

Para favorecer un crecimiento uniforme, conviene rotar la planta de manera periódica, asegurando que todas sus partes reciban luz por igual. Si comienza a desarrollar tallos alargados y escaso follaje, probablemente esté recibiendo poca luz. En ese caso, se recomienda trasladarla a un sitio más luminoso o complementar con luces artificiales durante los meses con menos claridad.

Clima

La Schefflera muestra una notable capacidad de adaptación, desarrollándose desde el nivel del mar hasta los 2.600 metros de altitud. Tolera temperaturas entre los 10 y 35 °C, aunque su rango óptimo se encuentra entre los 15 y 24 °C, especialmente en ambientes interiores. Esta tolerancia térmica la convierte en una opción ideal para una amplia variedad de climas.

Debe evitarse la exposición a corrientes frías o cambios bruscos de temperatura, ya que esto puede provocar la caída de hojas. En épocas de frío, es importante mantenerla alejada de ventanas o puertas que dejen entrar aire. Si las temperaturas descienden por debajo de los 10 °C, conviene ingresar las plantas en maceta al interior para protegerlas.

Riego

Las necesidades de riego varían según la etapa de desarrollo de la planta. Durante la germinación y el crecimiento inicial, se recomienda un riego diario moderado. Una vez establecida, puede regarse cada dos días. En interiores, lo ideal es comprobar que la capa superficial del sustrato esté seca antes de volver a regar, para evitar el exceso de humedad y la pudrición de raíces.

La clave está en mantener el equilibrio: no dejar que el sustrato se seque por completo, pero tampoco mantenerlo encharcado.

Humedad

La Schefflera se desarrolla mejor en ambientes con humedad moderada a alta, aunque también se adapta bien a los niveles medios habituales en el hogar. En climas secos o durante el uso prolongado de calefacción, conviene aplicar medidas que ayuden a aumentar la humedad en su entorno inmediato.

Entre las opciones más efectivas están pulverizar ligeramente las hojas con agua filtrada, colocar la maceta sobre una bandeja con guijarros y agua (sin que la base de la maceta toque el agua), agrupar varias plantas tropicales para crear un microclima más húmedo o usar un humidificador, especialmente durante los meses más secos del año.

Suelo

El sustrato ideal debe ser rico en materia orgánica, suelto y bien aireado, con una buena capacidad de retención de humedad y drenaje. Las mezclas para plantas de interior enriquecidas con perlita o arena ayudan a mantener un ambiente radicular sano, facilitando la oxigenación sin que se acumule el exceso de agua.

Para mejorar aún más las condiciones del sustrato, se puede aplicar una capa superficial de mulch, especialmente en exteriores, lo que ayuda a conservar la humedad, proteger la microbiota del suelo y enriquecerlo gradualmente. Si se cultiva en maceta, es fundamental que esta cuente con orificios de drenaje y un plato para recoger el agua sobrante.

Abono

La Schefflera agradece una fertilización mensual con un abono líquido balanceado, lo que favorece un crecimiento vigoroso y un follaje abundante. También es posible utilizar humus líquido diluido al 10 % en el agua de riego o productos específicos, como el Alimento para Plantas, en dosis de un mililitro por litro cada quince días.

Poda

La poda regular permite mantener el tamaño deseado, dar forma y promover un crecimiento más denso. Es recomendable eliminar hojas amarillentas o dañadas con tijeras limpias y bien afiladas para prevenir enfermedades y mejorar el aspecto general.

Para una poda formativa, se deben identificar los brotes que se desea controlar y realizar cortes limpios justo por encima de un nudo o de una hoja. Las podas más importantes conviene realizarlas a comienzos de la primavera, antes del periodo de crecimiento activo. Además, los esquejes obtenidos pueden aprovecharse para propagar nuevas plantas.

Plagas y enfermedades

Aunque es una planta bastante resistente, la Schefflera puede verse afectada por plagas como ácaros, cochinillas o infecciones por hongos, especialmente si sufre estrés o un exceso de humedad. Entre los síntomas más comunes se encuentran manchas, hojas deformes o decoloradas, y presencia visible de insectos.

Como medida preventiva, se puede aplicar semanalmente una solución compuesta por 2 ml de aceite de neem y 2 ml de jabón potásico por litro de agua, cubriendo hojas, tallos y sustrato.

En caso de infestación, la concentración puede aumentarse a 5 ml de cada producto y aplicarse cada tres días hasta notar mejoría. También es recomendable limpiar con un paño las hojas de las plantas en interiores, para eliminar el polvo y favorecer la fotosíntesis. (CON INFORMACIÓN DE: EL ESPECTADOR)

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