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¿Cuál es la leyenda del Cristo Negro de Salamanca?

El Cristo Negro de Salamanca o el Señor del Hospital, ha sido un símbolo de fe, esperanza y unidad para la comunidad durante más de 465 años

Ciudad de México, 20 de mayo de 2025.- El Cristo Negro de Salamanca, también conocido como el Señor del Hospital, ha sido un símbolo de fe, esperanza y unidad para la comunidad salmantina durante más de 465 años. La historia de esta imagen sagrada, que se encuentra en el Santuario Diocesano del Señor del Hospital, se remonta al año 1560. Desde entonces, ha sido un referente espiritual y cultural en la región.

La figura del Cristo Negro mide aproximadamente 1.80 metros y pesa 13 kilos. Fue instalada en la antigua Xidoo (actual Salamanca, Guanajuato) y, en sus primeros años, se le denominó Cristo del Señor del Hospital, ya que fue colocada junto al hospital para indios.

Una de las características que llama la atención de esta imagen es la posición de su cabeza, inclinada hacia el lado derecho y descansando sobre su pecho, un detalle poco común que contribuye a su singularidad y a la creencia de que es una imagen milagrosa.

¿Cuál es la leyenda del Cristo Negro de Salamanca?

Existen varias leyendas sobre el color oscuro del Cristo. La más popular narra que cambió su tono de piel para evitar ser capturado por los españoles, inclinándose sobre su costado derecho como si acabara de morir, lo que se interpretó como una señal de que había elegido a Salamanca como su morada eterna. Otra historia sostiene que fue fabricado en 1540 en un taller artesanal de Pátzcuaro, Michoacán, por manos purépechas, tallado en madera y revestido con pasta de caña de maíz.

Otra historia relata que, tras la muerte de su dueño, Juan Cardona, quien vivía en Jilotepec, Estado de México, la imagen fue heredada y comenzó a ser venerada en esa región, conocida entonces como el Cristo de los Agonizantes. Según la leyenda, en un sueño, el Cristo le pidió a Juan que reuniera a su familia y devotos para caminar hacia la meseta central de México. Durante su travesía, en un momento de persecución, ocultaron la imagen entre milpas de maíz, y milagrosamente, el Cristo cambió de color de blanco a negro, confundiendo a sus perseguidores y permitiendo que llegara a Salamanca sin ser descubierto.

Al llegar a la ciudad, tras la muerte de Juan Cardona, los feligreses descubrieron que la imagen había cambiado: sus manos y brazos ya no eran los del Cristo agonizante, sino que mostraba una postura de Cristo muerto con la cabeza inclinada hacia su costado derecho. Este cambio fue interpretado como una señal de que el Cristo Negro había decidido quedarse en estas tierras, bendiciendo a sus habitantes desde hace más de cuatro siglos.

El Santuario

La iglesia que alberga al Cristo Negro es una construcción de cantera, cuya edificación comenzó el 12 de mayo de 1888 y fue consagrada el 30 de abril de 1924. Su estilo neoclásico tardío destaca por sus columnas en la elevada torre de tres niveles y su hermosa fachada.

Desde 1888, el reloj del templo muestra tres carátulas en la torre del Santuario Diocesano: una de ellas visible desde el Jardín Principal, y las otras dos orientadas hacia el oriente y el poniente. (CON INFORMACIÓN DE: DESDE LA FE)

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