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Las oscuras primaveras: Grata sorpresa del FICM

De buena manera cerró la jornada de largometrajes en competencia este martes en el FICM, con la presentación de Las oscuras primaveras
De buena manera cerró la jornada de largometrajes en competencia este martes en el FICM, con la presentación de Las oscuras primaveras

El filme es la obra más sólida presentada hasta este momento entre las que están en competencia en el Festival Internacional de Cine de Morelia, es un retrato finamente bordado de una relación basada en el deseo; una grata sorpresa sin duda alguna

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Morelia, Michoacán, 22 de octubre de 2014.- De buena manera cerró la jornada de largometrajes en competencia este martes en el FICM, con la presentación de Las oscuras primaveras, segundo trabajo de ficción del veracruzano Ernesto Contreras, quien vuelve a las pantallas después del rodaje documental Seguir siendo: Café Tacuba (2010). La cinta rápidamente encontró distribuidora y se espera que para finales de enero del 2015 ya pueda verse en cartelera, aunque de momento es imposible adelantar la cantidad de copias con las que arrancará.

El guión para este trabajo fue obra del hermano del director, Carlos Contreras, quien también hizo lo propio para Párpados azules (2007), ópera prima de Ernesto, la cual tuvo un buen recibimiento en los festivales de Sundance y Cannes. La historia de dos amantes que se buscan pero no se encuentran, nos remite inmediatamente a esa gran película de Kar Wai Wong, Deseando amar (Fa yeung nin wa, 2000), pero volviendo a la cinta que nos ocupa, vemos que el deseo lo encarnan Igor, un empleado infelizmente casado y Pina, una joven madre divorciada. Un encuentro fortuito en el frío invierno de la Ciudad de México los lleva a buscarse, situación que origina en ellos sentimientos encontrados de pasión y remordimiento.

Según afirma el propio director, la película busca explorar las relaciones humanas desde una perspectiva diferente, construyendo unos personajes que no son perfectos, una característica que no impide el surgimiento de una violenta atracción recíproca.

El camino de la historia avanza con soltura desde la gris y fría atmósfera invernal hacia la primavera, la cual es vista no como un receptáculo de mariposas y florecillas, sino como un proceso natural de sobrevivencia y perpetuación de la especie. En ese sentido, la búsqueda de ese único objetivo, al igual que un torrente de agua, buscará sacar de su paso a todo aquello que se le atraviese en su camino.

Resulta curioso que los tres actores adultos que asistieron a la presentación de la película ofrecieran visiones distintas acerca del futuro de estos amantes. Irene Azuela, pensaba en las peligrosas consecuencias de la obsesión, mientras que Cecilia Suárez pronosticaba un final infeliz para la pareja, en tanto que José María Yazpik lo veía como un proceso de liberación, el rompimiento de las ataduras sociales que por fin daría un poco de sosiego a sus intranquilas vidas.

No es cosa menor que la cinta se recupere con cierta presteza a los tropiezos que suponen las escenas con una fuerte carga de talento infantil. Por lo que Las oscuras primaveras es la obra más sólida presentada hasta este momento entre las que están en competencia, es un retrato finamente bordado de una relación basada en el deseo. Mención aparte merece el extraordinario trabajo musical de Emmanuel del Real, quien junto a sus hermanos, ha creado un score puntual, melancólico y estremecedor, como pocos se ven en el cine nacional. Una grata sorpresa, sin duda.

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