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¿Lealtad o pragmatismo? La batalla interna del PRI michoacano

PRI Michoacán vive pugna interna pese a discurso de unidad de Memo Valencia

Morelia, Michoacán, 17 de septiembre de 2025.- Por mucho que la retórica oficial hable de unidad y “nuevas etapas”, el Partido Revolucionario Institucional (PRI) de Michoacán atraviesa una pugna silenciosa que amenaza con fracturarlo. La dirigencia estatal encabezada por Guillermo “Memo” Valencia ha intentado recuperar músculo partidista en Morelia con un discurso de trabajo continuo, reconexión con las bases y confianza en que existen cuadros suficientes para dar la batalla en todos los rincones de Michoacán. Durante la toma de protesta del nuevo comité municipal en Morelia, Valencia exhortó a “trabajar todos los días para que el partido vuelva a representar esa esperanza de seguridad y tranquilidad”, insistiendo en que el PRI posee militantes capaces de competir, ganar y gobernar . Con el respaldo de la secretaria general Yadira Guerrero y veteranos consejeros políticos, la nueva dirigencia municipal prometió cerrar filas, sumar fuerzas y “levantar la voz para decir que el PRI está de pie, fuerte, unido”

Esa narrativa de renovación, sin embargo, contrasta con lo que ocurre a unos kilómetros del Comité Directivo Estatal. En enero de 2025, el alcalde panista de Morelia, Alfonso Martínez Alcázar, designó al CENECISTA Roberto Carlos López García—ex diputado local y federal del PRI—como nuevo secretario de Desarrollo Rural del Ayuntamiento. La prensa local consignó que López ocuparía simultáneamente su cargo partidista y el puesto municipal, señalando que no había certeza de que el tricolor hubiese avalado su incorporación al gobierno panista . La nota advertía además que el legislador mantenía una relación estrecha con Alfonso Martínez, de ahí la invitación a integrarse a la administración . No era la primera vez que López tejía puentes con figuras ajenas al PRI: en septiembre de 2024, Rubén Moreira Valdez, coordinador del grupo parlamentario priista en la Cámara de Diputados, visitó Morelia para reconocer públicamente su labor legislativa. Ese apapacho, visto a la luz de los hechos posteriores, fue leído por algunos militantes como una señal de protección hacia López en sus movimientos políticos.

El desenlace de ese acercamiento se evidenció en septiembre de 2025. Mientras el PRI estatal promovía su reestructuración interna, López y un grupo de allegados organizaron en Morelia el Campamento “Creemos México 2025”, una experiencia de liderazgo y formación política que reunió a jóvenes morelianos en la hacienda Tzintzimeo. Según la crónica del portal Respuesta Michoacán, el encuentro fue pensado para “formarse, capacitarse y prepararse para crear el México en el que siempre han creído” y contó con conferencias de Claudio X. González, fundador de Mexicanos Contra la Corrupción; Alfonso Martínez Alcázar, alcalde de Morelia; y Roberto Madrazo, ex gobernador priista de Tabasco . La inclusión de actores tan dispares — opositores y expanistas — evidenció que el campamento buscaba trascender siglas. A los ojos de muchos priistas, en un evento patrocinado por un alcalde panista fue un guiño directo a las aspiraciones de Martínez hacia la gubernatura de 2027.

El diario RED Michoacán subrayó que “la confluencia de actores de distintas corrientes abre lecturas sobre posibles alianzas y reconfiguraciones de cara al futuro inmediato” . El evento, más allá de la capacitación, envió un mensaje político: hay un sector del priismo moreliano dispuesto a respaldar al alcalde panista o, al menos, a explorar una alianza pragmática rumbo a 2027. Lo sorprendente es que entre los asistentes destacados figuró Roberto Madrazo —antiguo presidente nacional del PRI— y que el encuentro formaba parte de la escuela de formación política Creemos México, cuyos organizadores vinculados a Roberto Carlos López estarían buscando tejer redes con figuras nacionales.

Aquí es donde entra el Instituto Reyes Heroles (IRH), órgano de formación del PRI. La misión del IRH, según el propio partido, es “forjar priistas comprometidos con el Partido Revolucionario Institucional y con todo México” y trabajar permanentemente para capacitar a militantes y cuadros. Alejandro Moreno, presidente del PRI, enfatizó que el instituto es un “ejemplo y un orgullo” para los priistas porque prepara a sus jóvenes y mujeres para construir las mejores propuestas y tener a los mejores políticos. Si la misión del IRH es fortalecer la identidad priista, resulta paradójico que su liderazgo nacional —personificado en el diputado capitalino Omar García Loría— participe o respalde un campamento que, en la práctica, promociona a un alcalde panista. La contradicción es doble: la casa de formación del PRI se abre a un proyecto que impulsa a quien aspira a desplazar al tricolor de la contienda gubernamental, y lo hace mientras Memo Valencia intenta reavivar la llama priista en Morelia.

La ruta de Roberto Carlos López y su cercanía con Rubén Moreira permiten entender esa jugada. El coordinador parlamentario ha buscado mantener redes de influencia en Michoacán; su visita de 2024, en la que entregó un reconocimiento a López, fue interpretada como un apoyo tácito. Un año después, López presume —según testimonios de cercanos— de gozar del respaldo de Moreira, lo que explica su osadía de cruzar sin reparos la frontera entre el PRI y el PAN. Desde esta óptica, el campamento “Creemos México” funciona como una plataforma de lanzamiento para una alianza informal: cuadros priistas recibiendo capacitación de un instituto que debería fortalecerlos, pero que en la práctica los acerca a un proyecto panista.

No se trata únicamente de pugna por cargos; es una disputa ideológica y de lealtad. El PRI michoacano arrastra años de debilidad electoral y la tentación de sumarse al proyecto más fuerte del momento es grande. Pero la militancia que aún cree en el partido —esa a la que Memo Valencia convoca a trabajar todos los días. observa con recelo cómo un grupo de priistas renuncia a la disciplina partidista para apostar por una candidatura panista. El dilema es claro: ¿debe el PRI priorizar la reconstrucción de su identidad y sus valores o ceder a las alianzas pragmáticas que hoy encarna el grupo de Roberto Carlos López?

Mientras las respuestas se decantan, el Instituto Reyes Heroles y sus representantes nacionales tendrán que explicar por qué participan en un proyecto que, de acuerdo con los estatutos, se antoja contradictorio. Hasta ahora, el discurso de capacitación y liderazgo no disimula la realidad: una parte del priismo moreliano parece más interesada en ser satélite de Alfonso Martínez que en fortalecer su propio partido.

La columna vertebral del PRI Michoacán —sus bases, su dirigencia y sus órganos de formación— tendrá que decidir si tolera estas incursiones “pluralistas” o si recupera la disciplina. Porque a veces la peor derrota no se da en las urnas sino en la pérdida de identidad.

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