Uruapan despide a Carlos Manzo entre dolor, furia y esperanza
La esposa del alcalde asesinado llama al pueblo a levantarse y educar desde el amor
Uruapan, Michoacán, 02 de noviembre de 2025.- En medio del dolor colectivo que atenazaba a Uruapan, la voz de Grecia Quiroz, esposa del asesinado presidente municipal Carlos Manzo Rodríguez, se alzó sobre el lamento de la multitud, transformando el adiós en un juramento de resistencia y esperanza.
Frente al féretro que simbolizaba un futuro truncado, Quiroz agradeció el cariño del pueblo, ese mismo afecto que, según dijo entre lágrimas, era el motor de su esposo. Describió a un líder incansable que, tras los operativos de madrugada, regresaba con la satisfacción de quien sabía que estaba transformando vidas, priorizando el bienestar ciudadano incluso sobre el tiempo con su familia. “La gente es primero, el pueblo es primero”, recordó.
La gratitud pronto se tornó en fuerza y llamado a la acción. Con la mirada firme, Grecia Quiroz exhortó: “¡Hoy nos toca a nosotros! ¡Que nos levantemos como él hubiese querido! ¡Que luchemos! ¡Que defendamos a nuestros hijos con uñas y dientes!”.
Su discurso alcanzó su punto más conmovedor al reflexionar sobre las raíces de la violencia. Dijo que con Carlos murieron dos vidas: la de él y la de la madre del agresor. “Quizá si ese hijo hubiera recibido amor, cariño y guía, no hubiera atentado contra la vida de mi Carlos”, expresó con voz dolida.
Acto seguido, lanzó un mensaje contundente a las familias: “¡Eduquen a sus hijos, ámenlos! Y si van por mal camino, corríjanlos. Y si es necesario que los metan a la cárcel, háganlo ustedes mismos!”. Su frase final resumió la tragedia y la enseñanza del momento: “Más vale ir a la cárcel a ver a nuestros hijos que ir a llorarles al panteón”.
El legado de Carlos Manzo, el alcalde independiente que soñaba con gobernar México, queda ahora en manos de un pueblo que, entre lágrimas, promete no rendirse ante la oscuridad que le arrebató su esperanza.
