Habemus Papam: Así se elige a un nuevo Papa en el cónclave
El nuevo Pontífice bendice a los fieles y al mundo entero, marcando el inicio de una nueva era para la Iglesia católica

Morelia, Michoacán, 21 de abril de 2025.- El cónclave papal es el proceso por el cual la Iglesia católica elige a su máximo líder, un método que ha permanecido casi inalterado durante 800 años. Se trata de un proceso de votación en el que los cardenales menores de 80 años eligen a uno de los suyos como el nuevo Sumo Pontífice.
El inicio: Sede Vacante y preparativos.
El proceso se activa cuando el Papa fallece o renuncia. En ese momento, el camarlengo, encargado de administrar la Santa Sede, certifica la muerte del Pontífice y sella su habitación. Además, se destruye el Anillo del Pescador, símbolo del poder papal. Se declara entonces el periodo de “Sede Vacante”, y se organizan los “Novendiales”, nueve días de funerales y oraciones en honor al Papa difunto.
Durante este tiempo, los cardenales se reúnen en Congregaciones Generales para coordinar los detalles del cónclave y abordar asuntos generales de la Iglesia. Una vez transcurridos entre 15 y 20 días desde la muerte del Papa, se fija la fecha del cónclave y los cardenales menores de 80 años son convocados a Roma.
El encierro en la Capilla Sixtina: Votaciones y secreto absoluto.
El día del cónclave comienza con la misa “Pro Eligendo Pontifice”, en la que los cardenales piden iluminación divina para elegir al nuevo líder de la Iglesia. Luego, ingresan a la Capilla Sixtina y al grito de “Extra omnes” (todos fuera), se cierra la puerta y el cónclave comienza.
Aislados del mundo exterior y sin acceso a teléfonos o internet, los cardenales votan en secreto.
Cada uno escribe el nombre de su candidato en una papeleta y la deposita en una urna. Nueve cardenales ofician la votación: tres escrutadores supervisan el proceso, tres recogen los votos y tres los revisan. Para ser elegido Papa, un candidato debe obtener al menos dos tercios de los votos.
Si no se alcanza el consenso, las papeletas se queman con sustancias que producen humo negro, señalando al mundo que aún no hay nuevo Papa.
En cada jornada se realizan hasta cuatro votaciones: dos en la mañana y dos en la tarde. Si, tras varias rondas, no se logra una decisión, los cardenales se ven obligados a elegir entre los dos candidatos más votados en la ronda anterior.
Fumata blanca y la elección del nuevo Papa.
Cuando un candidato obtiene la mayoría requerida, el cardenal decano le pregunta: “¿Aceptas tu elección canónica como Sumo Pontífice?” Si la respuesta es afirmativa, el nuevo Papa elige el nombre que utilizará durante su pontificado. En ese momento, las papeletas se queman con una sustancia que produce humo blanco, la famosa “fumata blanca” que indica al mundo que la Iglesia tiene un nuevo líder.
Vestido con la sotana blanca preparada con antelación en tres tallas distintas, el nuevo Papa es llevado a la “Sala de las Lágrimas” para prepararse antes de su primera aparición. Desde el balcón de la Basílica de San Pedro, el cardenal protodiácono proclama las históricas palabras: “Annuntio vobis gaudium magnum: Habemus Papam!” (“Les anuncio con gran alegría que tenemos Papa”).
El nuevo Pontífice bendice a los fieles y al mundo entero, marcando el inicio de una nueva era para la Iglesia católica. (CON INFORMACIÓN DE: SIETE 24)