Jaguar, el rey de Latinoamérica, enfrenta riesgo de extinción
Aunque las cifras son muy positivas, el emblemático félido mexicano sigue estando en peligro de extinción

Morelia, Michoacán, 05 de septiembre de 2025.- Conocido por la cultura maya como “balam”, el jaguar es el tercer felino más grande del mundo, y el rey de Latinoamérica. Desde México hasta Argentina, su presencia ha tenido un rol central en el desarrollo de las culturas prehispánicas de 18 países. Tristemente, su población se ha enfrentado a la extinción debido tanto a la caza furtiva, como a la pérdida de su hábitat. En México, se estimaba que para 2010 la población solo llegaba a 4,100 ejemplares.
La Alianza Nacional por la Conservación del Jaguar (ANCJ), así como instancias públicas y privadas han luchado para evitar que este animal siga desapareciendo. Las cifras del último censo del 2024, presentadas durante agosto del 2025, revelaron una recuperación del 30% en los últimos 14 años. A pesar de los resultados optimistas, las labores de conservación se enfocan en recuperar parte de su hábitat, que de acuerdo con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF) ha disminuido hasta un 60 % en solo cuatro décadas.
Su nombre científico es Panthera onca, se distingue no solo por su potente rugido, sino por tener manchas negras que en el lomo se vuelven anilladas. Se ha llegado encontrar en una gran variedad de ecosistemas, como selvas tropicales, bosques espinosos, manglares, pastizales y hasta desiertos. Para los Mexicas era el animal espiritual de Tezcatlipoca, mientras que para la cultura Maya, era el Dios del Sol quien se relacionaba con este animal. A pesar de haber tenido tal importancia para los pueblos mesoamericanos y culturas prehispánicas, con el paso de los años este valor se fue olvidando.
Con el crecimiento de México y sus ciudades, una gran cantidad de hectáreas fue transformada en tierras de cultivo o granjas, lo cual llevó a los jaguares a confinarse en zonas cada vez más reducidas. Ante la falta de presas, estos gigantes felinos terminaron por alimentarse de gallinas, borregos y otros animales de granja, lo que solo provocó que los campesinos les dieran caza para proteger sus rebaños.
De pronto el jaguar, antes símbolo de poder divino, se convirtió en una especie amenazada en su propio territorio. Fue en 2010 cuando la ANCJ se dispuso a realizar el primer censo de jaguares en todo México. La cifra total de 4,100 ejemplares fue mejor de lo esperado, aunque aún se consideraba un número lamentable. Para 2018, cuando se presentaron los resultados del segundo censo, la población llegó a 4,800, un aumento de 700 ejemplares en ocho años. Esta vez, durante el tercer “CENJAGUAR” con corte al 2024, se registraron un total de 5,326 jaguares en todo México. En otras palabras, desde el primer censo y a la fecha, se ha logrado un aumento del 30 % en la su población.
“El hecho de que el país haya logrado mantener e incrementar la población en los últimos es algo extraordinario. Para mí, son grandes noticias para el país. México y el mundo necesitan buenas noticias”
-Gerardo Ceballos, coordinador general de ANCJ
Por su parte, Adán Peña, coordinador general de estrategias estatales en la ANCJ, explicó que este censo 2024 se convirtió en el segundo estudio más grande en materia de biodiversidad del continente, solo detrás de uno para el Amazonas brasileño. En aquel se emplearon 1,200 cámaras trampa, mientras que para el tercer censo del jaguar se instalaron 920 de ellas en 15 estados del país. Durante 90 días recolectaron información de 414,000 hectáreas, en donde se detectó la presencia de estos felinos. Participaron casi 50 investigadores y conservadores.
El reporte de resultados del Tercer Censo Nacional del Jaguar reveló que las ecoregiones con mayor número de jaguares son la Península de Yucatán (1,699 ejemplares) y Pacífico Sur (1,541), seguidas del Noreste y Centro de México (813), el Pacífico Norte (733) y la Costa del Pacífico Central (540 jaguares).
La Alianza Nacional para la Conservación del Jaguar reconoce que la mejor manera de asegurar la supervivencia de esta especie está en el rescate y protección de su hábitat, el cual se ha visto amenazado no solo por la deforestación y agricultura, sino también por desarrollo de infraestructura vial y urbana. Además, la cacería ilegal con objetivos de tráfico de especies exóticas, ya sea como trofeos o para la venta en el mercado negro de sus pieles, no se detiene.
Finalmente, los representantes de la ANCJ se dijeron optimistas con los resultados del censo, y esperan que, con el adecuado esfuerzo, se puede duplicar la población de jaguares en México para el 2045.
(CON INFORMACIÓN DE: XATAKA)