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Eduardo Verástegui y la Nueva Derecha mexicana que no nace

Los tiempos corren en nuestra democracia y la Nueva Derecha en México parece que sigue en la misma posición que hace tres años

Dublín, Irlanda, 30 de mayo de 2025.- Hace casi dos años el actor, productor y activista Eduardo Verástegui lanzó su candidatura a la presidencia de México. Como muchos otros mexicanos, Verástegui comprendió que la oposición formal “de derecha” en México estaba pasando uno de sus peores momentos desde la Revolución mexicana. Electoralmente se encontraba a mucha distancia de sus contrincantes y su ideología había transitado hacia la izquierda.

Aunque Eduardo Verástegui no consiguió ser registrado como candidato ha continuado su carrera política desde entonces. Da la impresión, sin embargo, que se ha estancado. En los últimos 24 meses no ha sido capaz de fundar definitivamente su partido político, ni su organización “Viva México” es realmente un factor relevante en el país. Más aún, el propio Verástegui, pese a que sigue siendo alguien muy conocido y con contactos muy importantes dentro y fuera del país, no es todavía un actor que pueda incidir en la agenda del país

El estancamiento de Verástegui no es más que el síntoma más visible de lo que vive lo que podríamos llamar la Nueva Derecha en México. Otros liderazgos tampoco han logrado dar vida a ese movimiento. Algunos están intentando desde el interior de Acción Nacional que el partido rectifique su camino, vuelva a sus propios principios de doctrina y abandere la Nueva Derecha, pero es una pelea que se antoja titánica y con pocas posibilidades de ganar. Otros más han creado sus propias organizaciones, pero apenas son retoños en un enorme páramo. De estos, solo el Partido México Republicano demuestra cierto avance en su concreción, pero sigue siendo un partido regional y con escasa representación política. 

Los tiempos corren en nuestra democracia y la Nueva Derecha en México parece que sigue en la misma posición que hace tres años: no hay un partido nacional de envergadura, ni un movimiento social organizado y los liderazgos están esparcidos y atomizados. Tal vez sea momento de que los liderazgos visibles se acerquen, dialoguen y lleguen a un acuerdo básico. Probablemente no para impulsar un partido político, pero al menos para tener un organismo común para que haya una coordinación entre ellos y pueda ofrecer una oferta política común a la ciudadanía. 

Los tiempos corren, los procesos electorales se encuentran a la vuelta de la esquina y México corre el peligro de no contar, una vez más, con una propuesta realmente de derecha. 

Trump y el mundo. Make West great again.

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